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La peseta se despide para siempre el 30 de junio

Martes, 22 de junio 2021, 01:21

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La peseta dejará de tener ningún valor oficial el próximo día 30 de junio. La divisa española, que entró en circulación hace 153 años dejando atrás maravedíes, reales y escudos, pasará a ser objeto de coleccionistas dos décadas después de que se acuñara la última moneda y 19 años después de que se retirase de la circulación tras haber convivido durante un año con la nueva divisa europea. A partir del mes que viene, el Banco de España dejará de ofrecer un euro por cada 166,386 pesetas, y todo apunta a que cientos de millones quedarán escondidas en cajas olvidadas y bolsillos de ropa vieja, porque se calcula que los ciudadanos españoles aún guardan el equivalente a 1.586 millones de euros.

Es verdad que algunos se están dando prisa para cambiarlas en las 15 sucursales que el Banco de España tiene por todo el país: si bien durante el primer trimestre de 2021 se canjeó una media de 300.000 euros a la semana, entre el 31 de mayo y el 4 de junio ese valor se duplicó hasta alcanzar los 605.700 euros.

Eso sí, no todas las pesetas se pueden convertir en euros. El Banco de España advierte de que solo se pueden canjear los billetes que fueron emitidos tras el fin de la Guerra Civil, aunque los impresos entre 1936 y 1939 se considerarán válidos si así lo determinan los expertos de la entidad. No obstante, los especialistas en numismática recuerdan que los más antiguos -y algunas monedas muy raras- pueden tener mucho más valor que el facial si se encuentran en buenas condiciones. Al fin y al cabo, con un billete de 5 pesetas se podía comer en 1940, pero ahora tres céntimos de euro dan para poca cosa.

Y algunos se resisten a deshacerse de sus pesetas aunque se les pague extra. Es el caso de Camilo, un hostelero jubilado de Segovia, al que le han llegado a ofrecer hasta 50.000 euros por las tres toneladas y media que pesa el millón de pesetas que ha ido acumulando en monedas de una, las 'rubias', en más de medio siglo. A pesar de que esa cifra multiplica por 8,3 el valor que le daría el Banco de España, en Telemadrid aseguró que se niega a venderlas. «Vale más el orgullo», sentenció.

También es cierto que no todas serían aceptadas, porque las restricciones para el canje en el caso de las monedas son mucho mayores que con los billetes. Solo son válidas las que estaban en circulación en 2002. O sea, que si Franco aparece en el anverso, no se moleste en ir hasta el Banco de España más cercano. Eso sí, no tenga reparo en llevar las monedas o billetes que estén dañados, porque también se los cambiarán. Solo se podrán rechazar los billetes rotos que preserven menos del 50% de su superficie y «las monedas que hayan sufrido alguna alteración derivada de un proceso industrial o mecánico». Esa de 500 pesetas a la que le hizo un agujero para usarla como un colgante no vale.

Entre el resto de condiciones para poder cambiar pesetas por euros está el empaquetado de las monedas. Si son unos pocos duros, no hay problema, se pueden presentar juntos y mezclados. Pero, si son muchos, deben estar empaquetados en bolsas o cajas que contengan un número exacto: desde las mil monedas por cada estuche en el caso de las más grandes -de 100, 200, y 500 pesetas-, hasta los paquetes de 10.000 en el caso de las monedas de una peseta. Quien quiera llevarlas en persona debe pedir cita previa, pero también se puede organizar el envío por correo postal certificado e incluso presentado una solicitud a través de la página web.

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