Aceite, huevos, patatas, leche y azúcar suben más de un 15% en Euskadi desde enero
El IPC interanual se sitúa en el País Vasco en el 10,3%, dos décimas menos que el nacional moderado por la bajada de los carburantes en agosto
Lo que cualquier comprador habitual, ya sea en una gran superficie, en un supermercado o en una tienda de barrio viene constatando desde hace meses, ... fue ayer refrendado de nuevo con datos oficiales por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Confirmó que los precios de consumo fueron en agosto un 10,5% más caros que en el mismo mes del año pasado en la media del conjunto de España. Un IPC que se sitúa una décima por encima del dato adelantado a finales del pasado mes y sólo tres décimas por debajo del 10,8% registrado en julio y hasta ahora su nivel más elevado en los últimos 38 años. Una ligera moderación debida a la bajada que experimentaron los carburantes a lo largo de agosto y que pone fin a una racha de tres meses consecutivos de IPC al alza.
Y aunque no sirve de consuelo de nada cuando los precios están tan desbocados y la diferencia es tan escasa, en Euskadi, como viene siendo habitual en los últimos meses, la inflación es algo menor. En concreto, del 10,3%, una de las más bajas -o en este contexto mejor decir menos elevadas- de España, tan solo por detrás del 9,3% de Madrid, del 9,5% de Canarias, del 10,1% de Cantabria y del 10,2% de Cataluña. Un ránking que lideran Castilla-La Mancha (con un IPC del 12,6%), Castilla y León (11,8%), Extremadura (11,5%) y La Rioja (11,4%).
Cabe destacar que la mayor parte de esa subida de precios del 10,3% en Euskadi, así como del 10,5% en el conjunto nacional, se ha producido solo en lo que va de este 2022. En ocho meses se acumula una inflación del 6% (el 6,1% en España) arrastrada, principalmente, por los sustanciales incrementos de muchos alimentos que forman parte de la cesta de la compra básica.
Unas subidas encabezadas por los huevos, que se han encarecido en el País Vasco un 23,2% desde el 1 de enero pasado (un 24,2% en los últimos 12 meses); el aceite ha subido un 23,1% en lo que va de año (un 24,4% desde agosto de 2021); las patatas se han incrementado un 18%, si bien su subida interanual es del 15,2%, lo que indica que en los últimos meses del pasado año incluso se habían abaratado algo. También los cereales (un 17,1%), la leche (un 17%) y el azúcar (un 15,3%) se han disparado en Euskadi por encima del 15% en lo que va de 2022. Y otro alimento básico como el pan se ha quedado muy cerca, al experimentar una subida del 14,6%.
Desde el Ministerio de Economía confían en que la inflación se modere en los meses de otoño
Por otra parte, si bien en la variación interanual (agosto de este año sobre el mismo mes del año pasado) solo hay dos conceptos de los 57 que analiza el INE que han bajado de precio (complementos y reparaciones de prendas de vestir un -0,9% y comunicaciones, un -2,2%), en la evolución desde el pasado 1 de enero hay hasta una decena de descensos. Entre ellos caben destacar las bajadas de las prendas de vestir tanto de mujer como de niño y bebé (-15,4%) como las de hombre (-12,7%), así como la carne de ovino (-8,3%) y el calzado de mujer, niño y hombre (entre el -7,6% y el -6,4%).
A nivel nacional, la inflación subyacente -la que más preocupa ahora al excluir alimentos no elaborados y productos energéticos y que se teme se convierta en estructural con unos elevados niveles- se incrementó en agosto tres décimas, hasta el 6,4%. Su valor más alto desde enero de 1993.
Previsiones de otoño
Desde el Ministerio de Economía confían en que la inflación se modere en los meses de otoño, aunque esa moderación se lleva esperando desde que en el último trimestre del pasado año los precios comenzaron su espiral alcista. Ahora, en el departamento que dirige Nadia Calviño estiman que en los próximos meses se registre una cierta caída de la demanda y del consumo, y que en los precios se noten ya medidas como el tope al gas, además de que confían en que los precios de los carburantes sigan a la baja.
Sin embargo, incluso los analistas más optimistas se han visto obligados a reconfigurar sus quinielas para el conjunto del ejercicio. Los últimos en hacerlo han sido los expertos de Funcas, que ayer elevaron del 8,9% al 9,1% su previsión de inflación media anual. «A corto plazo, la clave estará en que las medidas de los bancos centrales tengan un efecto real de contención» en los precios, explica Pedro del Pozo, director de inversiones de Mutualidad de la Abogacía. Una batalla que se antoja larga y difícil para las familias, ante el impacto que ya están teniendo las subidas de los tipos de interés en el encarecimiento de los créditos y de las hipotecas.
Si esas medidas no funcionan, la zona euro marcharía a un escenario de estanflación (inflación sin crecimiento), lo que sería «algo muy nocivo para los mercados y, naturalmente, para la economía real», señala Del Pozo.
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