Rolls, dispuesta a anunciar un acuerdo en precario con Bain para vender ITP
Las negociaciones con Sener se dan por fracasadas y se abriría un nuevo plazo para que puedan incorporarse otros socios españoles
La operación de venta de la empresa vasca ITP Aero, fabricante de componentes para motores aeronáuticos, sigue estancada pero sus propietarios, la multinacional británica Rolls, ... quiere transmitir la idea de que todo avanza. En ese contexto, apuntan fuentes cercanas a la negociación, Rolls parece dispuesta a anunciar a principios de la próxima semana un acuerdo para la venta aunque en precario y cargado de incertidumbre. Esto es, un acuerdo firme para vender ITP al fondo de inversión Bain, a la espera de que el Gobierno español autorice el traspaso y con el añadido de que durante ese tiempo los compradores admitirían la integración de nuevos socios y compañeros de viaje. Una patada a seguir en términos de rugby, sin garantía alguna de que el balón llegue a la línea de ensayo en las condiciones adecuadas, con un precio en torno a los 1.600 millones de euros.
Las mismas fuentes apuntan a que, en la práctica, no se ha avanzado nada desde el pasado 4 de agosto, cuando Rolls anunció que había acordado una «negociación en exclusiva con Bain». En aquel anuncio ya apuntaba que abría un plazo -que vence el próximo lunes- para que el fondo conformase un grupo de compañeros de viaje. Esto es, un grupo de accionistas que satisfaga los intereses de la Administración española y también de la vasca, porque hay mucho en juego.
El tiempo necesario para conseguir la autorización del Gobierno se utilizará como una prórroga
El Gobierno tiene la llave
El Gobierno central tiene en su mano autorizar o no la venta de ITP porque la firma está ligada a la industria militar. Produce componentes del motor que equipa al actual avión de combate europeo, el Eurofighter, y se ha comprometido a participar en el que le sustituirá en el futuro, el EFCAS. También realiza el mantenimiento de los aviones de la Fuerza Aérea Española. El Ejecutivo que preside Pedro Sánchez, además, ha intentado -con escaso éxito hasta el momento- que esta venta permitiese también crear un gran grupo aeronáutico y de industria de Defensa en España. El Gobierno vasco, por su parte, tiene el interés de que la compañía no pase a formar parte de las firmas que entran en una etapa de incertidumbre, con el riesgo de deslocalización y de especulación financiera. Unos temores que siempre genera la presencia de un fondo de inversión en su propiedad, sin vínculos en el territorio, con directivos de los que apenas se conoce la cara y los ojos y cuya única bandera es la plusvalía en el corto o medio plazo. Los ya famosos cinco años para entrar, exprimir y vender otra vez.
El Gobierno vasco había hecho de 'celestina' para intentar que Sener, la ingeniería vasca que a finales de la década de los años 80 creó ITP, volviese a su accionariado. Esto es, que acompañase a Bain en la compra con un porcentaje significativo -se había especulado con un 30%-, que podía reforzarse con otras aportaciones -Sidenor y el grupo guipuzcoano Sapa formaban parte de ese encaje- y que incluso se remataría con un 4% en manos del Ejecutivo vasco, que invertiría así una cifra ligeramente superior a los 60 millones de euros de dinero público en la operación.
Pero el intento de encaje, aseguran, no ha funcionado. Sener entró a regañadientes en las negociaciones y no ha encontrado acomodo. Adquirir un 30% suponía para la ingeniería vasca asumir un riesgo cercano a los 500 millones de euros a corto plazo y quién sabe si mucho más en el futuro. Y ello porque nadie descarta que la empresa tenga que asumir a medio plazo una ampliación de capital para financiar los proyectos de desarrollo que tiene por delante. Sener ha mantenido un riguroso silencio en torno a estas negociaciones, mientras en el entorno no han parado de surgir voces que apuntaban a que esta compra le quedaba grande para su actual músculo financiero, mermado por importantes pérdidas en los últimos ejercicios. La empresa propiedad de la familia Sendagorta, además, tiene comprometidas otras inversiones importantes, como sucede con su entrada en el campo del hidrógeno.
La clave
1600millones es el precio de referencia que se ha fijado para la venta de la empresa.
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