El Gobierno vasco reivindica haber movilizado mil millones de inversión privada en empresas
Pradales llama a levantar «un nuevo contrato social» sustentado en el desarrollo industrial
El Gobierno vasco quiso escenificar ayer el viraje de su estrategia financiera e industrial. En un contexto global marcado por la volatilidad –con Estados Unidos ... emitiendo señales contradictorias entre los pulsos arancelarios y las tensiones geopolíticas– el lehendakari defendió la colaboración público-privada como la palanca esencial para blindar la economía frente a los vaivenes externos. Prueba de ello, subrayó Pradales, es que la Alianza Financiera Vasca –la herramienta que agrupa a entidades, fundaciones bancarias, EPSV y al propio Ejecutivo autonómico– ya ha logrado movilizar mil millones de euros de inversión privada en menos de tres meses.
La cuestión de fondo, considera el Gobierno vasco, es que el capital privado ha comenzado a movilizarse gracias a otros mil millones de inversión pública activados por el Ejecutivo hace apenas tres meses. Ese impulso inicial, diseñado como palanca financiera, busca generar un efecto arrastre mucho mayor, pues el objetivo de Lakua es que sirvan para dirigir a proyectos estratégicos hasta 3.000 millones adicionales de capital privado a lo largo de la legislatura. Esta arquitectura financiera –que combina recursos propios, alianzas institucionales y el respaldo del ahorro vasco– constituye, en palabras del lehendakari, la base para construir «un nuevo contrato social» que tenga como pilares el desarrollo industrial y los empleos de valor añadido.
El giro estratégico adoptado por Kutxabank es representativo del cambio de paradigma que atraviesa el sector financiero en Euskadi. El banco creó el pasado marzo Indar, una sociedad con 500 millones que se dedicará a tomar participaciones en empresas, preferiblemente de Euskadi. El propio presidente de la entidad, Anton Arriola, defendió ayer en un acto del Instituto Vasco de Finanzas (IVF) la necesidad de contar con vehículos propios «para que el componente de capital local aporte todo lo posible». «Prefiero tener una compañía de tamaño mediano aquí, que meterme en un gran grupo y vaya a la desaparición», argumentó.
Los planes estratégicos de las fundaciones bancarias –BBK y Kutxa– contemplan movilizar hasta 3.000 millones de euros adicionales en el próximo lustro, una cifra que se suma a los 200 millones anunciados la semana pasada por el clúster Gaia. La directora del Instituto Vasco de Finanzas, Amaia del Villar, reparó ayer en la necesidad de avanzar hacia una simplificación administrativa que permita canalizar estas inversiones de forma ágil, en un contexto en el que las empresas demandan respuestas instantáneas. Es un análisis en el que coincidió el presidente de ITP Aero, Juan María Nin, al advertir que «la burocracia es peor que cualquier barrera aduanera».
La realidad, sin embargo, es que esta apuesta del Gobierno vasco llega tras años de estancamiento en la inversión industrial, marcados por la caída en la captación de nuevos proyectos y la incapacidad para retener los centros de decisión de las grandes empresas. Pablo Echart, CEO de Stellum Capital, reparó en el acto en que «los fondos de capital riesgo» destinados a invertir en Euskadi «son muy pequeños», por lo que urge que «se consoliden».
Cristina Ortega, directora de Espacio de AVS, insistió en la necesidad de que el sector público apueste por sectores con autonomía estratégica. Si no, solo encuentran dos salidas: «Que entre capital externo, y perder control local, o integrarnos en una empresa más grande». Lo que conduce al mismo desenlace.
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