Los nuevos jubilados ya cobran más que los trabajadores menores de 35 años

Para hacerse una idea, la riqueza de los nacidos en los años 80 es actualmente un 46% inferior a la que tenían los nacidos en los 60 al llegar a la misma franja de edad, según un informe del Instituto Juan de Mariana, en el que los expertos advierten cómo los jubilados reciben actualmente un 62% más de lo que aportaron al sistema a lo largo de su vida laboral, con datos del Colegio de Actuarios de España.

Las estadísticas son demoledoras. Los jóvenes menores de 35 años han pasado de poseer el 7,5% de la riqueza del país al 2% en tan solo dos décadas. En contraste, los mayores de 75 años han duplicado su peso, del 8% a niveles que ya superan el 20%.

Esa diferencia de 18 puntos ya es tan preocupante como la brecha salarial entre mujeres y hombres, que en los últimos años ha centrado buena parte de la atención del Gobierno en materia laboral y que ronda de media el 15%, aunque las cifras varían entre instituciones. Los sindicatos sitúan la diferencia entre lo que cobran mujeres y los hombres en el entorno del 18%, mientras que organismos como Funcas apuntan a que en la última década esa diferencia se ha reducido en 10 puntos, hasta el 8,7% a cierre de 2024.

La última encuesta anual de estructura salarial del INE, correspondiente a 2023, apunta a que el salario medio anual de las mujeres fue de 25.591,31 euros y el de los hombres de 30.372,49, con lo que la diferencia rondaría el 17%, también con una clara tendencia a la baja en los últimos años que se contrapone con el repunte de la brecha intergeneracional.

Los motivos detrás de este desfase son variados. El Instituto Juan de Mariana destaca que mientras que el ingreso real de los trabajadores de entre 18 y 29 años cayó un 3% entre 2008 y 2024, la de los mayores de 65 subió un 18%. Es más, los nuevos pensionistas ya cobran más que los menores de 35 años, con una media de 1.760 euros frente a los 1.670 que ingresa la que se supone que es la economía productiva.

Los autores del informe aseguran que a este desequilibrio contribuye, y mucho, el hecho de que la carga fiscal que soportan los jóvenes para cubrir el agujero de las pensiones es cada vez mayor. «La renta dedicada a pagar IRPF y cotizaciones sociales supone ya el 39,5% del coste laboral de un salario medio, frente al 31,8% observado en la OCDE», advierten. Si a eso se suman otras facturas fiscales como el IVA, el IBI, etc., esa cifra subiría al 55%.

En todo caso, los datos empleados por la organización -que toma como referencia estadísticas del Banco de España o el INE, entre otros- evidencian que la desigualdad entre jóvenes y mayores va más allá de los niveles de renta y se extiende también a expectativas personales, con los adultos conformando un colectivo que, entre otras cosas, es mayoritariamente propietario de una vivienda frente a sus hijos y nietos, con serias dificultades para acceder a ella.

El informe detalla cómo el 81% de los nacidos entre 1945 y 1965 ya eran propietarios a los 42 años. Una cifra que ha caído por debajo del 50% para los nacidos después de 1985. En la actualidad, la proporción de jóvenes con hipoteca apenas llega al 20%, con precios que ya superan los de la burbuja inmobiliaria.

La última Encuesta Financiera de las Familias del Banco de España también refleja esta realidad, recogiendo cómo buena parte de los ingresos que perciben los mayores de 65 años proviene de las rentas de capital. Pero no solo por los mejores salarios, sino más bien por la buena evolución de las denominadas rentas pasivas. Es decir, de sus ingresos por intereses, dividendos y, sobre todo, por alquileres.

No hay que olvidar que el ladrillo sigue siendo la principal fuente de riqueza de los españoles, representando tres cuartas partes del patrimonio total. El problema es, de nuevo, que esa acumulación se concentra sobre todo en las generaciones mayores, frente a las dificultades de los jóvenes para acceder al mercado.