La pérdida de 16.000 afiliados vascos en agosto no afecta a los extranjeros
La mano de obra inmigrante se dejó únicamente 200 afiliados el pasado mes y creció en sectores a la baja como la hostelería o el comercio
Sergio Llamas
Lunes, 15 de septiembre 2025, 09:14
La caída de afiliados vascos a la Seguridad Social vivida en agosto apenas se ha dejado notar en la mano de obra extranjera. De los ... más de 16.000 cotizantes que se perdieron de media entre julio y agosto, únicamente 204 han sido inmigrantes. Así consta en los datos publicados este lunes por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, que recogen que su cifra se mantiene en 102.423 personas, un dato que representa un crecimiento del 6% en la comparativa anual (suponen, en cifras absolutas, 5.806 más que hace un año).
Así se nota por ejemplo en la hostelería, un sector que se ha dejado más de 4.000 afiliados durante los meses de julio y agosto pero que ha incorporado 500 cotizantes extranjeros nuevos. Solo el pasado mes el sector generó un centenar de afiliados y su evolución, en el último año, supera el millar. Y lo mismo sucede con el comercio. Aunque reduce su actividad en verano, aumentó en términos similares su mano de obra con personal llegado de fuera (casi un centenar en el mes y un millar en el año).
La caída de los 200 afiliados del pasado mes se dejó notar en la construcción y en la logística y reparto de paquetería, los dos ámbitos que más extranjeros ha sumado en el último año. Cabe destacar el estancamiento que se produjo el pasado mes en el sistema especial de empleados en el hogar (se mantiene en torno a los 9.700) pese a la caída de más de un millar en el año, algo que los sindicatos atribuyen al crecimiento del empleo sumergido a medida que ha venido subiendo el Salario Mínimo Interprofesional.
Aunque marcados por la estabilidad, se ve la creciente demanda de trabajadores foráneos para cubrir las vacaciones y se aprecia la caída en aquellos sectores que acostumbran a ralentizar su actividad en verano. Así, por ejemplo, la industria ha prescindido en agosto de más de un centenar afiliados de origen extranjero -un ámbito que en agosto se dejó casi 2.000 cotizantes en total- en un momento en el que la automoción y la siderurgia sufren los impactos de las políticas arancelarias. Así lo ha advertido recientemente el presidente de la asociación clúster de la siderurgia Siderex, Asier San Millán, en una entrevista a EL CORREO. Según ha advertido, aunque todavía es pronto para que esta problemática se haya trasladado ya al empleo, «si la situación se alarga, evidentemente afectará de manera directa a nuestra actividad».
Colombia encabeza los países que suman más afiliados a la Seguridad Social en Euskadi, con más de 12.000, seguido por Rumanía (más de 10.000), Marruecos (cerca de 9.800) y Venezuela (7.000). Los autónomos suponen, además, un 15,7% de todos los trabajadores.
Ayudas para el arraigo
En una economía que cada vez depende más de la mano de obra extranjera, la administración vasca sigue dando pasos para facilitar su incorporación. El Boletín Oficial del País Vasco (BOPV) ha publicado este lunes una modificación de la convocatoria de subvenciones dirigidas a facilitar la residencia y el trabajo por motivo de arraigo, para ajustar la iniciativa al nuevo reglamento de extranjería. El objetivo es facilitar la formación y la inclusión laboral de las personas migrantes a través de dos líneas de ayudas: una dirigida a las entidades promotoras de proyectos integrales para la formación, y otra destinada a las empresas privadas, con un centro de trabajo en el País Vasco, que recurran a estos programas.
El cambio realizado ahora quiere evitar que quienes ya venían participando en estos programas de formación a través de itinerarios integrales, una medida que les venía permitiendo obtener el perimso de trabajo y residencia, se pudieran ver afectados por la nueva normativa. El cambio supondrá redirigir la contratación de las personas participantes hacia la figura del arraigo socio-laboral.
Los contratos deberán tener una duración de al menos seis meses a jornada completa o nueve a tiempo parcial, ajustados al SMI o al convenio correspondiente.
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