El valor social del sistema financiero

Una sociedad avanzada, en nuestro marco geopolítico, es la que compagina la competitividad y la cohesión social. Ambas, íntimamente unidas, generan una dinámica de progreso real caracterizado por el bienestar y la solidaridad.

Para ello, es necesario contar, entre otros mecanismos y recursos, con un sólido sistema financiero. Este permite el que una economía pueda abordar, además de las actividades ordinarias y a corto plazo, innovaciones y proyectos estratégicos de carácter transformador.

En el momento actual, la digitalización y la transición energética, y desde una perspectiva más amplia, la emergencia climática y medioambiental, son retos ineludibles que direccionan la economía y la sociedad, así como su acción política.

Junto a estas cuestiones, subyacen una crisis económico-financiera pasada y una crisis sociosanitaria todavía en vigor. La primera crisis, ordenó de una forma más eficiente y solvente a los operadores del sistema y en concreto a los bancos. Esto ha permitido que, ante la situación implosiva de la pandemia, aquellos hayan podido canalizar fuentes de financiación de orientación pública hacia el sector productivo, impidiendo el colapso económico. He aquí un ejemplo más de la necesidad de un sistema financiero con buena salud. Este hecho es un buen preludio del papel que jugarán en la gestión de los anunciados fondos europeos Next Generation.

El sistema bancario, dominante en nuestro sistema financiero, tiene un conjunto de retos, en sintonía con la economía y la sociedad a la que sirven, que son dignos de mención. Por un lado, están los ineludibles y ya mencionados ámbitos de la digitalización y el medioambiente, a los que hay que incluir, no sólo como generadores de necesidades de la economía a apoyar, sino también como elementos transformadores del negocio bancario. Transformación que va más allá de la mera reducción de establecimientos bancarios, provocando la consideración de la captación de talento y el énfasis en personas con nuevos perfiles.

Por otro lado, hay retos más específicos de la propia actividad bancaria y, por ende, del conjunto financiero. Así, están los relativos a la profundización en la calidad de la gobernanza, la regulación efectiva, la supervisión adecuada y la configuración conductual óptima. Esta última como eje vertical ordenando la gestión y como eje transversal dotando al sistema de la suficiente robustez ética. En este mismo conjunto de retos, es preciso considerar el diseño del sistema. ¿Se debe seguir con los procesos de concentración bancaria? ¿Cómo debe ser el juego competitivo entre los bancos y los 'nuevos' operadores conocidos como 'banca en la sombra'? ¿Sería conveniente incrementar las formas de financiación más allá de la bancaria?

No obstante, hay un reto altamente relevante sin formular de una manera diáfana: ¿Es consciente la sociedad del valor social del sistema financiero? Pocos sistemas tienen la penetración y la capilaridad del financiero. No hay ciudadano que pueda ser indiferente al mismo. No habría sociedad avanzada sin dicho sistema. Pero es preciso reconocer que hay un desconocimiento importante de su concepción y funcionamiento conviviendo muchas veces con dudosas reputaciones. El valor social tiene una base objetiva a la que hay que añadir un componente social subjetivo. Este último es dependiente de la percepción participada por el conjunto de las personas que componen una sociedad, en definitiva, del halo. Y el halo del sistema financiero y bancario necesita, en estos momentos, de un impulso de mejora importante por parte de todos.

Para ello es clave la formación y la difusión del conocimiento financiero en el conjunto de la sociedad, así como la extensión del sentimiento de pertenencia al sistema financiero. Todos somos sistema financiero y de todos depende su robustez, su solvencia, su eficacia y su salud ética.

Incrementar la cultura financiera es clave para ello y, por eso, es una magnífica iniciativa la creación del Foro FINANZA, impulsada por ELKARGI, como espacio compartido de conocimiento financiero.