Insekt Label Biotech: Elaborado con grillos de primera
La 'startup' vizcaína Insekt Label Biotech investiga la transformación de insectos para la industria alimentaria humana
Iratxe Bernal
Domingo, 27 de septiembre 2020
Lo de hoy no es para estómagos sensibles. Porque por mucho que nos digan que los insectos son el alimento del futuro y una fuente formidable de nutrientes, a muchos superar la aversión que nos produce pensar en ellos como parte del menú aún nos tiene que costar un poquito. Es, obviamente una mera cuestión cultural; en otras latitudes incluyen los insectos como parte de su dieta desde hace milenios y no gastan más en omeprazol que nosotros. Así que quizá sea más justo decir que lo de hoy no es para cabezas con reparos.
Como las de David Ávila, Eztizen Quintela, Josu Oleaga y Gustavo Pérez, fundadores de Insekt Label Biotech, una 'startup' que investiga nuevas formas de obtener nutrientes de los insectos y proporcionárselos a la industria alimentaria humana. «Por un lado, parte del equipo viene de una consultora que, haciendo un estudio sobre nuevos mercados, vio el potencial de los insectos en la alimentación humana, especialmente a partir de la entrada en vigor en 2018 del reglamento europeo sobre nuevos alimentos e ingredientes alimentarios. Ahí dimos con una empresa, creada por dos biólogos, que ya trabajaba con insectos. Concretamente, en la producción de alimento vivo para dueños de reptiles y tiendas de mascotas. De modo que decidimos proponerles virar un poco su proyecto», resume Oleaga.
Ávila y Quintela, los biólogos, aceptaron la propuesta y comenzaron en sus instalaciones de Legutiano la producción para el consumo humano. Sin embargo, y pese a llegar a facturar cerca de 5.000 euros mensuales, entre todos vieron que para crecer iban a necesitar una intendencia que no estaba a su alcance y que, además el proyecto, «estaba como cojo. Le faltaba innovación». Le faltaba el 'biotech'.
Nuevo viraje. Esta vez para dejar de comercializar alimento vivo (sea para mascotas o para personas) y aplicar la biotecnología para extraer de los insectos los nutrientes que puedan demandar los fabricantes de, por ejemplo, barritas y batidos proteicos. Es decir, para dedicarse a la cría y transformación de insectos para la alimentación humana.
De modo que, tras lograr de la Diputación de Bizkaia su registro como explotación ganadera y trasladarse a unas instalaciones mayores en Zamudio, se centraron en dos especies, el Tenebrio molitor y Acheta domesticus, más conocidos por sus nombres populares: gusano de la harina y grillo doméstico. «Nos decidimos por ellos porque creemos que son los que tendrán mejor acogida y porque, nutricionalmente, son complementarios. Son muy parecidos en su contenido de proteínas, minerales, omega 3, Vitamina B-12, calcio....», explica Oleaga.
Compuestos solubles
Otras empresas del sector que trabajan con estas especies han optado por la fabricación de harinas, que después se pueden comercializar para su uso como ingredientes en la elaboración de galletas, panes o rebozados. En su caso, Insekt ha apostado por investigar las posibilidades de la hidrólisis enzimática para la elaboración de concentrados proteicos solubles. Es algo que podríamos describir como pastillas de caldo deshidratado, pero en vez de al uso doméstico irían destinados a los laboratorios de innovación de la industria alimentaria.
«Hay empresas que fabrican estos concentrados pero son dispersables, con que no se consigue una mezcla homogénea. Inicialmente parece que se disuelven pero al cabo de un rato aparecen los posos. Lo que nosotros investigamos es la posibilidad de que realmente el concentrado se disuelva, quede perfectamente integrado, lo que puede dar a nuestros clientes potenciales la oportunidad de desarrollar productos como bebibles, untables o geles con un alto grado de innovación y que tienen un gran crecimiento en el mercado», matiza el promotor de la 'startup'.
La firma cría al mes 300 kilos de gusanos y grillos destinados básicamente a esta investigación, que se encuentra ya en la fase de validación del producto. En «un año y medio o dos» espera poder poner en marcha una planta de transformación piloto y, en unos años, la que podría ser la primera granja industrial de insectos de Euskadi.
Para lograrlo, Insekt tendrá unas necesidades de financiación estimadas en medio millón de euros, por lo que busca alianzas con grupos alimentarios. Los buscará los días 20 y 21 en la próxima edición de B-Venture, la quinta que se celebra de este foro convertido ya en el mayor evento de emprendimiento del norte de España. En encuentro organizado por de EL CORREO, que vuelve a contar con el patrocinio del Gobierno vasco, la Diputación Foral de Bizkaia y el Ayuntamiento de Bilbao, así como con la colaboración del Puerto de Bilbao, BStartup de Banco Sabadell, BBK, Laboral Kutxa, CaixaBank y la Universidad de Deusto.
La empresa
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Insekt Label Biotech Elaboración a partir de insectos (gusano de la harina y grillo doméstico) de concentrados proteicos solubles destinados a la elaboración de alimentos para humanos.
Un alimento muy bien recomendado
Aunque no lo sepamos, es muy probable que ya hayamos incluido los insectos en la dieta. Por ejemplo, en bebidas isotónicas, gominolas o palitos de cangrejo, en los que es muy frecuente el uso de un colorante, el ácido carmínico (E-120) que se extrae de la cochinilla. Habrá quien pueda comerlos 'al natural', sin reparos, y quienes necesiten de la tecnología para camuflarlos, pero en cualquier caso no conviene ignorar su alto valor nutricional y sostenibilidad frente a la industria ganadera. Eso sostiene la ONU, que ve en ellos una solución a la escasez de alimentos que sufrirá el planeta en 2050 debido al agotamiento de los recursos, el incremento de la población -seríamos cerca 9.700 millones- y el cambio climático.