Las diputaciones tendrán que absorber las rebajas de Sánchez
La legislación en los impuestos de hidrocarburos y en el IVA corresponde de forma exclusiva al Estado
Cuando a finales de este mes el Gobierno de Pedro Sánchez adopte una decisión sobre la rebaja de la presión fiscal en los carburantes, las ... diputaciones vascas tendrán que sacar la calculadora para estimar el impacto que esta medida va a tener en sus ingresos. Poco más podrán hacer porque las decisiones en esta materia, la de los impuestos indirectos que gravan el consumo, son una competencia exclusiva del Gobierno central. Las diputaciones recaudan lo que se genera en el País Vasco, pero legisla el Estado.
El Ministerio de Hacienda no ha desvelado hasta el momento el detalle técnico sobre la fórmula que quiere emplear para forzar esa intervención de precios en los combustibles por la vía tributaria, con el objetivo último de que redunde en una rebaja de los precios finales. Cabe, por tanto, una reducción del IVA -tendría efecto en el consumo de los ciudadanos, pero no en los gastos de autónomos y empresas-, y también un recorte a los dos impuestos especiales que inciden en el precio de los carburantes: el gravamen general del Impuesto sobre Hidrocarburos y el gravamen especial, heredero del antiguo céntimo sanitario que la UE declaró ilegal.
Las haciendas forales recaudaron el pasado año un total de 1.528 millones por el impuesto que grava los combustibles
Esos impuestos especiales ligados a los derivados del petróleo aportaron el pasado año 1.528 millones de euros directos a las arcas forales vascas, un 50% más que hace tan solo una década, como fruto del aumento de la fiscalidad de las gasolinas. Los impuestos especiales de hidrocarburos, a diferencia del IVA, no están relacionados con el precio que tengan los combustibles en cada momento, sino con el número de litros. Al ser impuestos ligados al consumo y con una regulación muy particular -la mayor parte se genera en Bizkaia, que es donde están los depósitos de combustibles en los que se genera el tributo-, el dinero se reparte entre los tres territorios. El reparto atiende a unos coeficientes que miden el consumo aproximado de cada uno de ellos. Las haciendas forales también hacen un ajuste con el Estado, ya que se interpreta que una parte del combustible que sale de Bizkaia se vende en las comunidades limítrofes.
Con ese esquema, el cálculo sobre el efecto real que tendrán las decisiones del gabinete de Pedro Sánchez en las haciendas vascas será complicado. Y ello porque el resultado final estará vinculado a dos componentes. De un lado, la rebaja de los tipos de gravamen. De otro, el comportamiento de la demanda -impredecible en este momento-, que tenía una clara senda de recuperación en la 'nueva normalidad' marcada por la pandemia.
Las haciendas forales comenzaron a recaudar los impuestos indirectos -además de los hidrocarburos hay otros relacionados con el alcohol; otro específico de la cerveza; las primas de seguros o la generación de electricidad- a partir de 1997. Los votos del PNV para facilitar la investidura del líder del PP José María Aznar en 1996 fueron la moneda de cambio para conseguir la reforma del Concierto Económico. No fue la única pieza que cayó en aquella 'cacería', ya los jeltzales también consiguieron la licencia de telefonía para crear Euskaltel y la capacidad legislativa en el Impuesto sobre la Renta. Hasta entonces las diputaciones tan solo podían regular los impuestos de Sucesiones, Sociedades y Transmisiones y Actos Jurídicos.
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