Trump anuncia que el acuerdo con China supone un 55% de arancel para el país y un 10% para EE UU

«Hemos alcanzado un marco para implementar el acuerdo de Ginebra», declaró a los medios el secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick. Scott Bessent, responsable del Tesoro y partícipe en la ciudad suiza en la reunión bilateral que permitió eliminar por un periodo inicial de 90 días – concluye en agosto- la mayoría de las tasas recíprocas en la exportación de bienes que Washington había elevado hasta el 145% y Pekín al 125%.

Más preciso, el presidente de EE UU, Donald Trump, ha dado hoy su particular interpretación del acuerdo alcanzado. Utilizando como es habitual su red red social Truth, ha asegurado que en virtud de este pacto China pagará un 55% por sus exportaciones a EE UU mientras que la tasa en sentido contrario solo será del 10%, aunque hay cierta confusión con estas cifras. Al parecer Trump está incluyendo aranceles previos y los cuantifica a su manera.

«Nuestro acuerdo con China está cerrado, sujeto a la aprobación final del presidente Xi y mía. China suministrará por adelantado todos los imanes y las tierras raras necesarias. Del mismo modo, nosotros proporcionaremos a China lo acordado, incluyendo la admisión de estudiantes chinos en nuestras universidades (¡lo cual siempre me ha parecido bien!) Obtendremos un total del 55% de los aranceles, mientras que China obtendrá el 10%. ¡La relación es excelente!», ha escrito en la red social.

Presidida por el viceministro He Ling, la delegación china declaró que la «comunicación había sido muy profesional, racional, profunda y honesta». Una conversación telefónica entre Trump y Li, la primera que han mantenido desde el retorno del mandatario estadounidense a la Casa Blanca, reactivó el mecanismo de diálogo sobre las relaciones económicas y comerciales fijado en Ginebra.

El encuentro bilateral de Londres ha renovado la confianza mutua para reconducir el proceso negociador, que en las últimas semanas abocaba al precipicio con mutuas acusaciones de violación de los términos consensuados en mayo.

El siguiente paso debería materializarse con la relajación de los controles en la venta de chips y otros componentes tecnológicos a China por parte de Washington. A su vez, se espera que Pekín acelere los trámites de concesión de licencias de exportación de minerales críticos en la fabricación de automóviles y cadenas productivas de otros sectores.

«Es de esperar que, cuando aprueben las licencias, nuestra aplicación de exportación también se eliminará», señaló el secretario de Comercio estadounidense.

Las represalias adoptadas por las dos superpotencias económicas están afectando a fabricantes, al comercio y los mercados de valores internacionales.