300.000 autónomos prevén que tendrán que cerrar este año

Unos 300.000 autónomos creen que se verán obligados a cerrar este año, lo que representa el 10,3% de los más de tres millones de trabajadores por cuenta propia que hay en España. Esta es una de las principales conclusiones de una encuesta de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), basada en 3.000 entrevistas efectuadas los días 15 y 16 de mayo.

Junto a ese 10,3% de profesionales más pesimistas, existe un 40,5% que afirma que en principio seguirá con su actividad, pero que «no tiene claro si podrá continuar o tendrá que cerrar». El porcentaje de los encuestados que prevén continuar con su trabajo y no tienen pensado echar el cierre se limita al 47,1%.

Respecto al empleo, uno de cada tres autónomos tiene previsto disminuir su plantilla en los próximos meses, frente a un 45,2% que esperan mantener a sus trabajadores. Según el estudio, el 16,6% de los trabajadores por cuenta propia con trabajadores a su cargo ya se han visto obligados a despedir y a reducir su plantilla, y un 52% han realizado un ERTE. De entre estos últimos, siete de cada diez confiesan que no podrán mantener a todos sus asalariados durante seis meses. Solo un 18% confía en no tener que despedir a nadie en ese plazo.

Por otra parte, el 39,7% de los entrevistados dicen que aún no han podido reiniciar su actividad, casi la mitad porque aún lo tienen prohibido en esta fase de la desescalada y un tercio porque no le compensa abrir con las condiciones actuales. De hecho, el 59,1% de los que ya han vuelto calculan que su negocio sólo está funcionando al 30%, y únicamente el 5,8% asegura estar trabajando a pleno rendimiento. El 20% de los autónomos encuestados retomarán el trabajo en las próximas semanas.

En lo que va de año solo un 3,8% de los trabajadores por cuenta propia se han dado de baja del Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA), pero un 90,6% apunta que su facturación ha disminuido. En casi siete de cada diez casos la caída ha sido superior al 60%, y un 37,1% han perdido la totalidad de sus ingresos. En el extremo opuesto, el 1,8% de los autónomos afirman que su facturación ha aumentado, aunque un 20% «como mucho».

La encuesta también revela que un 45,6% de los encuestados han accedido a la prestación extraordinaria de cese de actividad. Otro 53,3% no se ha podido beneficiar de la misma, bien porque no han cerrado completamente su negocio (43,1%) o porque no cumplían con los requisitos (21,2%). Respecto a las líneas ICO, un 35% dice haber pedido financiación. Según ATA, solo se les ha concedido ya a la mitad de los solicitantes: el 23,4% afirma que sin problemas y con condiciones ventajosas, a otro 20,4% tampoco le han puesto inconvenientes pero considera que las cláusulas no son tan favorables, y finalmente un 7,2% se lamenta de que le han otorgado un importe menor al solicitado.

En línea con la encuesta de ATA, aunque en este caso en relación con el mercado de empleo general, las previsiones de la consultora de recursos humanos Manpower conocidas ayer apuntan que un 25% de los ERTE presentados a raíz de la pandemia del coronavirus acabarán convirtiéndose en ERE (expedientes de regulación de empleo, esto es, despidos), un problema que afecta especialmente a los sectores de la hostelería y la restauración, el comercio y la educación.

En la mejor de las hipótesis -con un avance de la actividad en la segunda mitad de este año, y un crecimiento importante y creación de empleo en 2021-, el catedrático de economía aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona, Joan Olivé, calcula que hasta 2026 no se recuperaría todo el empleo destruido, 1,5 millones de puestos de trabajo.