El Gobierno logra convencer a Aernnova para que opte a la compra de ITP Aero

Tanto Aernnova como el fondo de inversión KKR -que según algunas fuentes participaría en el mismo grupo en el que también se integraría Towerbrook, el principal accionista de Aernnova-, indicaron ayer que no van a hacer comentarios sobre la operación. En el Ministerio de Industria, sin embargo, se respira algo más de tranquilidad ya que hace tan solo unas semanas la conformación de un grupo que garantice «la españolidad» de la compra se veía en peligro. Sin entrar en detalles sobre los candidatos concretos, un portavoz de la cartera que dirige Reyes Maroto señaló ayer a EL CORREO que «estamos trabajando con la idea de que el centro de decisión de la empresa se mantenga en España».

Hace ya casi un año que Industria estableció una estrategia clara, casi obsesiva, desde que conoció que Rolls iba a poner ITP a la venta. La razón está vinculada a la necesidad imperiosa de Rolls de vender algunas de sus joyas para reducir el abultado endeudamiento, en un momento en el que además los ingresos están comprometidos por el parón del sector aeronáutico. El Gobierno de Pedro Sánchez decidió que era la ocasión para propiciar «una concentración sectorial en España». Aunque la fabricación de piezas de motores de avión -lo que hace ITP- y la construcción de estructuras, partes del avión -lo que hace Aernnova-, tiene poco que ver desde el punto de vista industrial y también comercial, el Ejecutivo no quiere desperdiciar la oportunidad de crear un «gigante español» de la aeronáutica.

El Ministerio de Industria siempre ha considerado que Aernnova debía liderar esa operación. La empresa, sin embargo, se ha resistido todo lo que ha podido... hasta que no ha podido más. La escasez de recursos para afrontar la compra, las dudosas sinergias industriales y el problema estético de entrar en operaciones de compra cuando al mismo tiempo se ejecuta el despido de una parte de la plantilla fueron, al parecer, los argumentos esgrimidos inicialmente por la firma para eludir los deseos del Gobierno.

«Queremos formar un núcleo duro de accionistas españoles que tengan el control de ITP», reiteraban ayer fuentes ministeriales. La opción de que sean fondos de inversión quienes se hagan con la mayoría del capital de la firma nunca ha gustado demasiado. La estrategia de los fondos de inversión -entrar, estrujar y vender- no es muy recomendable para una compañía que se considera «estratégica». Y no sólo porque está ligada a un sector industrial de tecnología avanzada, sino sobre todo porque tiene muchos lazos con las actividades de Defensa. ITP participa en varios programas de motores militares, como es el caso del Eurofighter, el avión europeo de combate, así como del Airbus 400. La empresa también está comprometida con el futuro aparato de combate promovido por Francia, Alemania y España, el proyecto FCAS.

Lo cierto es que el Gobierno español juega con ventaja. La autorización del Ministerio de Defensa es una condición necesaria para que se pueda materializar el traspaso de las acciones. Una clave para convencer a Rolls de que debe hacer un 'esfuerzo' por vender la firma a un grupo liderado por empresas españolas.