«Las acerías vascas sólo pueden vencer a China si apuestan por innovar»
José María Rodríguez Ibabe| Presidente del CEIT ·
«Es impensable competir en tamaño, pero sí fabricando productos más resistentes para automoción, eólicas y el sector energético»fernando segura
Lunes, 24 de febrero 2020, 00:18
Innovación. Esta es la receta que recomienda José María Rodríguez Ibabe a la siderurgia vasca para derrotar al acero chino que inunda el mercado. ... El presidente e investigador 'sénior' del CEIT -centro de investigación de la Universidad de Navarra, ubicado en Ibaeta, en San Sebastián- sabe de lo que habla, no en vano es doctor en Ingeniería industrial y un experto de renombre internacional en el mundo del acero.
- ¿Qué le parece la propuesta de José Antonio Jainaga, presidente de Sidenor, de crear un gran grupo vasco formado por esta empresa, Tubacex, Tubos Reunidos y Olarra para, entre otros retos, vencer a la competencia de China?
- Hace pocos días he estado visitando plantas en China. Una de las que me enseñaron, de tamaño pequeño según ellos, produce 8 millones de toneladas al año, cuando en toda España se alcanzan los 12 millones. 'Tierra, trágame', pensé. En el caso concreto de Jainaga, si realmente quieres afrontar una fusión, la llevas adelante de forma discreta. Hace algunos meses hizo una propuesta parecida. Suena a tanteo.
- ¿La ve factible?
- Ves de todo. ArcelorMittal fue el resultado de la fusión de diferentes grupos. También hay en el mercado empresas muy pequeñas, pero muy competitivas, porque están especializadas en un nicho concreto. Todo depende de lo que busques como empresa, pero creo que es más interesante identificar tu nicho que ganar tamaño.
- ¿Cuál es la receta para que la siderurgia vasca sea capaz de competir con China?
- No vamos a vencer a China compitiendo en tamaño ni mediante fusiones para hacernos más grandes, están en otra escala. En cuanto a tecnología, también han mejorado muchísimo. Cuentan con ingenieros muy jóvenes, lo que les permite lanzarse a aventuras a las que en Occidente no nos atrevemos. Los chinos asumen muchos riesgos y se lanzan a la piscina. Y a veces hay agua y les sale bien. Por eso, en ocasiones el 'background' que tenemos aquí se convierte en un freno, mientras que ellos se atreven con aventuras que en principio parecen inverosímiles y luego no lo son tanto.
- ¿Entonces, son imbatibles?
- El camino pasa por la innovación e ir a nichos de mayor valor añadido, lo que conlleva investigación aplicada. Inglaterra en los años noventa tenía un conocimiento metalúrgico puntero, posición que ha perdido porque no lo trasladó a la industria.
- ¿A qué nichos de mercado se refiere?
- En automoción, los coches de hace quince o veinte años cuando sufrían un accidente se quedaban como un acordeón. En los actuales, el habitáculo es difícil que se deforme, porque el acero utilizado ha cambiado. Otro ejemplo. En el sector de la energía llevamos años colaborando con Tubacex para desarrollar tubos de prospección que resistan condiciones extremas, como temperaturas de 650 grados. Lo mismo ocurre con los aerogeneradores, cuyos engranajes y rodamientos deben soportar condiciones durísimas a la intemperie, con el menor mantenimiento posible. Los componentes han de ser fiables. Si quiero ser competitivo y llevar el material más cerca de los límites, debo fabricar esos aceros punteros.
- Ha dejado claro que a falta de tamaño, el camino es la I+D aplicada a la industria. ¿Cuáles son las fortalezas?
- A mí me llama la atención que al responsable de un taller del Goierri te lo puedes encontrar en la feria de Fránckfort, asumiendo grandes riesgos, porque si sus piezas no funcionan deberá responder a unas reclamaciones que lo pueden hundir. Somos una sociedad pequeña, pero a su vez dinámica y con una capacidad de respuesta a los cambios muy rápida. También hay que destacar el apoyo de las administraciones. Sin ellas los centros tecnológicos no existiríamos.
- ¿Y las debilidades?
- A veces queremos resultados a muy corto plazo, cuando es necesaria una perspectiva un poco más amplia. Por ejemplo, las administraciones piensan en términos de una legislatura, cuando hay objetivos que requieren más tiempo. Es necesaria cierta estabilidad.
- ¿Puede ponerme ejemplos?
- La moda me da mucho miedo. Por ejemplo, en los años ochenta fue el 'boom' de los materiales cerámicos, parecía que se iban a comer el mundo y todas las convocatorias públicas de ayudas iban en ese sentido, pero no fue para tanto. En la década de los noventa fueron los composites... En cierta forma, pasa lo mismo con el vehículo eléctrico. Las administraciones podrán acelerar los plazos de su expansión, pero al final serán el desarrollo tecnológico y el mercado quienes marquen el ritmo.
«La propuesta del presidente de Sidenor suena a tanteo. Hace unos meses hizo una parecida»
grupo vasco del acero
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