Lluvia de críticas ante las pelotas que 'engordan' de Roland Garros
Tenistas como Roberto Bautista o Daniil Medvedev, ambos eliminados, han criticado que las bolas de Wilson se hinchan demasiado y dificulta mucho su juego
¿Recuerdan la polémica en el Mundial de Sudáfrica con el Jabulani? Los futbolistas protestaron tras los inesperados efectos que hacía el balón con la que España se proclamó campeona en 2010. Los porteros sufrieron sobremanera en aquel torneo. Algo parecido está ocurriendo en la presente edición de Roland Garros, cuyas pelotas han generado dolores de cabeza a muchos de sus participantes porque, supuestamente, se hinchan con el paso de los intercambios. Eso hace que pesen más y altere la dinámica de golpeo, lo que propicia la aparición de lesiones. No es la última polémica del grand slam de tierra batida, en el que Djokovic participa con un parche que ha levantado sospechas.
Desde que en 2020 finalizase la relación con Babolat, Roland Garros confió sus pelotas a Wilson, una reconocida marca que muchos deportistas utilizan en sus raquetas. Uno de ellos es Roberto Bautista, quien ha levantado la voz ante la firma que le patrocina. «Se está poniendo muy pesada y muy gorda. Y eso que hace sol y calor, así que la pelota vuela más. No me la quiero imaginar con lluvia o con una superficie muy pesada. Es una pelota con la que te puedes hacer daño en partidos largos», criticó el castellonense tras su estreno en París ante el chino Wu Yibing.
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Al respecto, WIlson se excusa en el estado de las pistas. «Puede que estén más húmedas y sean algo más lentas que otros años. No hay que subestimar los elementos naturales», ha explicado el director comercial Bertrand Blanc, que dice que las pelotas son las mismas desde 2020. El caso es que estos inconvenientes se han traducido en nuevos ajustes de la tensión en el cordaje de cada raqueta.
Bautista, que cedió contra pronóstico en segunda ronda ante el peruano Juan Pablo Varillas, criticó que no fuesen las mismas bolas con las que se había entrenado antes de viajar a la capital francesa. «Las de aquí no son iguales a las que me habían enviado. Está pesada, el codo la sufre, la siente, y la muñeca también. No es la misma sensación que tenía con estas pelotas en casa en las semanas anteriores», lanzó el número 24 del mundo.
«Son basura»
¿A qué tipo de tenista beneficia más que la pelota 'engorde'? Bautista lo tiene claro. «A los tíos de dos metros, a los que tienen mucha fuerza, a los que generan mucho, seguro que les vendrá mejor a ellos. Pegas una pelota mal tocada y te va a dentro, no te penaliza tanto». Según su teoría, jugadores como él, más virtuosos y que hacen gala de su técnica para superar a los rivales, salen perjudicados. Sin embargo, también hay teorías situadas en las antípodas, como la de Daniil Medvedev.
El ruso, dos del mundo y uno de los aspirantes al título, se despidió a las primeras de cambio de Roland Garros ante el brasileño Thiago Seyboth y no dudó en cargar contra las pelotas. Además, incluyó en su teoría a Alcaraz, número uno del ranking. «En mi opinión, los jugadores que tienen, no sé cómo decirlo, como un juego de muñeca, como mi oponente hoy, como Carlos, creo que Stefanos (Tsitsipas) un poco, tienen una gran ventaja con estas pelotas. Porque pueden crear un dominio fácil, que yo no tengo».
Otras voces reconocidas dentro del tenis también se han posicionado en contra de las bolas de Wilson. El francés Benoit Paire, uno de los más polémicos y que nunca se muerde la lengua, las tildó de «basura». «Son ridículas, se hacen muy grandes en dos segundos. Las bolas nuevas no duran ni un juego, son una basura. No se puede jugar al tenis con este tipo de pelotas. No puedes atacar, no puedes avanzar y es imposible hacer un ace». «Desastrosas» aportó el serbio Laslo Djere. Al igual que Bautista y Medvedev, ambos cayeron en el segundo grand slam del año antes de lo que hubiesen imaginado.