Altuna III bloquea a Zabaleta y repite final del Manomanista

La semifinal más esperada por todos los aficionados tuvo escaso recorrido. El Manomanista tiene estas cosas. Las expectativas que había levantado el encuentro por el estado de forma que atravesaban los dos protagonistas se fueron por la borda tras el hundimiento de uno de ellos. Altuna III bloqueó mentalmente a Zabaleta y se llevó la victoria en el frontón Bizkaia. El guipuzcoano repetirá final del torneo más grande. Será su tercer choque cumbre en esta especialidad. Se verá las caras dentro de catorce días contra Artola en el mismo escenario con la txapela en juego.

No hubo partido en la cancha de Miribilla. El navarro tan solo se reconoció en determinados momentos, y cuando esto sucede contra rivales del calibre del guipuzcoano es prácticamente imposible plantarle cara. Altuna III quería probarse contra el poderío de su rival, pero tuvo una tarde bastante más plácida de la esperada por que se encontró con un desdibujado zaguero en la primera parte de la contienda.

Lo recalcó Zabaleta en la elección de material. La clave del duelo estaba en el saque y en el resto. Y en esta segunda faceta el de Etxarren no estuvo nada afortunado. Su respuesta a la jugada inicial de su oponente no estuvo a la altura desde los primeros compases, y el lastre fue demasiado grande.

Tenía que evitar dejar pelota servida, pero su incomodidad a la hora de colocarse y de soltarle a la bola fue notable y ahí se comenzó a fracturar el encuentro y la fuerza mental del que vistió de colorado. Encajar una tacada de doce tantos consecutivos, de los que siete fueron con la jugada inicial, fue un golpe en el mentón que le dejó aturdido porque era el peor inicio que se pudo imaginar en un encuentro de semejante calibre. Las dudas le asolaron. Algunos de los saques fueron al centro de la cancha y, aunque iban cortados, no tuvieron tanta dificultad, pero tampoco fue capaz de sacarles partido.

Altuna III olió sangre e insistió. Se percató que su rival no tenía el día y se creció, consciente de que el boquete que podía abrir era determinante. Incluso cuando Zabaleta logró entrar en el peloteo, al de Amezketa se le vio fresco en defensa y con las ideas muy claras de dónde poner la pelota para mover a su oponente y evitar que levantara cabeza.

Hecho el roto en el marcador, al guipuzcoano le bastó con mantener sus prestaciones para evitarse problemas. El primer descanso obligatorio sentó bien al zaguero y fue a partir de entonces cuando empezó a mostrar parte de las cualidades que atesora para esta disciplina. Gozó más la pelota, ganó altura, retrasó la posición de su adversario y tuvo huecos para jugarse algún remate. Algunos de sus saques tuvieron la mordiente necesaria para hacer daño y pasar a dominar.

Fue entonces cuando Altuna III tuvo que exprimirse algo más y demostró que su golpe también está fresco y su defensa es consistente. Así consiguió cortar las pequeñas tacadas de Zabaleta. Su calidad y oportunidad en el remate hizo el resto. Porque cualquier decisión errónea de su rival, por mínima que fuera, significó recuperar el saque y afianzar su confianza hasta el final. Altuna III superó el reto con mucha autoridad.