Arzobispo y sobrino de Gabika
Mario Iceta, al frente de la archidiócesis de Burgos, es familiar del 'rubio de Ispaster', vencedor de la Vuelta'66
El ciclismo es un deporte familiar en Euskadi. En muchas casas, si buscan en el árbol genealógico aparece casi siempre algún viejo corredor. Eso le ... sucede a Mario Iceta Gavicagogeascoa, anterior obispo de Bilbao y actual arzobispo de Burgos. De allí, de la Catedral castellana, saldrá mañana la contrarreloj inicial de la Vuelta a España 2021. Iceta nació en Gernika en 1965. Apenas había cumplido un año cuando su tío Patxi, Patxi Gabika, conocido como 'el rubio de Ispaster', ganó la Vuelta. «Tenía mucho poderío en carrera, gran fortaleza física y mucho fondo». Así describe Iceta al recordado campeón, que falleció en 2014. Al arzobispo, su carrera eclesiástica le ha obligado a hacer más de una mudanza. Y siempre que vacía los armarios encuentra «banderines, camisetas el KAS, gorras...». Recuerdos del tío Patxi.
«Disputó también el Giro, que estuvo a punto de ganarlo, el Tour y muchas Vueltas». A Iceta no le dio por competir a pedales, pero sí heredó la afición por este deporte. Médico de formación, colaboró en muchas carreras metido en una ambulancia. «Nunca he corrido en bicicleta, pero tengo muchos amigos ciclistas», apunta en 'Burgosconecta'. Al arzobispo de Burgos le gusta seguir la actualidad del pelotón internacional y también salir de paseo en bicicleta. Genética. Era un recién nacido cuando su tío Patxi se metió en el bolsillo la Vuelta a España de 1966 con un descenso suicida del puerto de Herrera.
Sucedió en el primer sector de la decimoquinta etapa: una contrarreloj de 61 kilómetros entre Vitoria y Haro. Gabika conocía bien el recorrido de tantas vueltas a La Rioja. Tubular fino en la rueda delantera. Mala carretera. Riesgo. Soltó el freno y apretó los dientes cuesta abajo, en Herrera. Antes de partir, el líder era el holandés Haast, con ocho corredores del KAS metidos entre los diez primeros. En la primera referencia de la 'crono', situada en el alto de Herrera, el mejor tiempo fue para Carlos Echeverría, con 2 segundos sobre Eusebio Vélez y cuatro delante de Gabika. Los tres del KAS. Haast ya no contaba. Quedaba por saber quién era el más fuerte del equipo vitoriano.
Iceta, médico de formación, colaboró en muchas carreras ciclistas dentro de una ambulancia
afición
El descenso de Herrera
Gabika trazó un descenso perfecto y ganó la etapa con 21 segundos sobre Luis Otaño y 31 de renta con Vélez. Todo el KAS, dirigido por Langarica, se puso al servicio del ciclista de Ispaster, nuevo líder. El eterno rival, el Fagor, no se rindió. Ya en la última etapa, la Vuelta viajó a Bilbao por los puertos de Alisas, Las Muñecas y Castresana. Otaño y Txomin Perurena trataron de arrinconar a Gabika. El líder resistió. No podía dejar escapar un botín así en la puerta de casa.
Tras cuatro ediciones de dominio extranjero, un corredor vasco logró llegar a Bilbao, al velódromo de Garellano, como vencedor final. Fiesta total en la capital vizcaína. Y edición redonda para el ciclismo vasco. El KAS -la firma alavesa vuelve este año a estar entre los patrocinadores de la ronda española- coronó su dominio: Gabika, Vélez y Echeverría coparon el podio. San Miguel se llevó la montaña. Ganaron seis etapas y la clasificación por equipos. Y portaron 14 días el maillot amarillo en las espaldas de Momeñe, Uriona y, al fin, de Gabika, tío del arzobispo de Burgos.
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