«Duele que se dude de ti», lamenta una de las remeras expulsadas por el Gobierno vasco

Virginia Díaz admite que está en el centro de alto rendimiento de Sevilla desde 2022 pero que mantiene su residencia en Getxo, a donde llegó en 2012

Aser Falagán / Josu Gacía

Viernes, 17 de octubre 2025, 00:54

«No quiero entrar a opinar sobre los otros casos, pero a mí me ha salpicado una situación que pone en duda mis valores como ... deportista y persona, y eso me ha dolido». Virginia Díaz, cuya madre es vasca, de San Sebastián, es uno de los cuatro remeros a los que el Gobierno vasco les ha abierto un expediente para retirarles la beca de 11.000 euros que percibían por irregularidades al no acreditar su residencia efectiva en Euskadi, tal y como ha adelantado estos días EL CORREO. Díaz, nacida en la localidad cántabra de El Astillero hace 34 años y diploma olímpico en Tokio 2020, da la cara y explica su versión de lo sucedido.

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«He querido hablar porque no tengo nada que ocultar y no he buscado beneficiarme en ningún momento de nada y he cumplido los requisitos», señala en referencia a su concesión otros años de la beca que ahora ha perdido. Asegura que su caso, «no tiene nada que ver», con los otros tres. «Me trasladé en 2012 de El Astillero a Getxo con mi pareja y entrenador, con un contrato de trabajo con Raspas Arraun Elkartea y para matricularme en Medicina en la UPV/EHU. Ya lo he explicado en la investigación», dice.

«El primer año alquilamos una habitación, en 2013 firmamos un contrato de alquiler propio y me empadroné en 2014. Entonces era joven, ni siquiera pensaba en las becas y no me detuve a pensar qué papeles hacer, pero el club nos recomendó empadronarnos porque teníamos un proyecto para ir a los Juegos y lo hice en 2014. Entré en el Basque Team, que es como se accede a esas becas, cuando ya llevaba viviendo siete años en Bizkaia, donde hacía mi entrenamiento y mi vida. Después, preparamos los Juegos de Tokio y París en el pantano de Legutio, pero los entrenamientos también nos obligan a viajar constantemente».

Y aquí es donde surge el problema. «Te preguntan si legalmente resides en el País Vasco –aquí sigue empadronada– y lo que ocurre es que, cuando alcanzas cierto nivel, los deportistas nos convertimos muchas veces en nómadas y ahora paso más tiempo no en Cantabria, sino en el centro de alto rendimiento de Sevilla. Y también en Sierra Nevada, Galicia, Banyoles... en las distintas competiciones. Y aprovecho las vacaciones para poder visitar a mi madre en El Astillero».

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«En 2022 me dieron la beca de concentración para el equipo nacional en Andalucía y tuve que trasladar la matrícula a la Universidad de Sevilla, pero había estado en Getxo y Leioa diez años». A Díaz le molesta que se esté poniendo desde el Gobierno vasco en duda su honorabilidad. «Esto es algo que duele tras muchos años y dedicación a un club vasco y, a donde he ido, es a un centro de alto rendimiento, que es lo que he explicado a Lakua». La remera insiste en que «mantengo la relación con el club, sigo empadronada, tengo hasta la tarjeta sanitaria vasca».

Cree que su situación es «un traslado, pero no he cambiado de residencia, porque esto es algo provisional y tampoco estoy todo el tiempo en Sevilla. Espero que lo valoren y se solucione, porque es muy duro en lo personal y emocional que se te ponga en duda de esta manera», concluye. Díaz ha tenido una presencia notable en Bizkaia desde hace trece años. Recibió su primera beca Basque Team hace bastante tiempo. Posiblemente en 2019. Tres años más tarde fue distinguida por la Diputación con el galardón Bizkaia Kirolak Sariak, como mejor deportista del territorio de 2022.

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Además, en 2019 fue recibida en el Ayuntamiento de Getxo por el entonces alcalde, Imanol Landa, y el resto de corporativos por haber ganado el campeonato de Europa de remo en dos sin timonel.

El primer caso que este diario sacó a la luz de un supuesto fraude en el lugar de residencia fue el del malagueño Adrián Miramón. Fue excluido del programa al no haber podido ser localizado en varias ocasiones en el domicilio de Getxo donde comunicó estar empadronado. Percibía fondos de cinco instituciones diferentes (Gobierno vasco, Ayuntamiento de Málaga, Junta de Andalucía, Diputación de Málaga y el Consejo Superior de Deportes). Posteriormente se han desvelado los nombres del catalán Aleix García Pujonar, de la aragonesa Esther Briz y el de Virginia Díaz.

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