«No hemos dado la talla en las primeras regatas», reconoce el entrenador de Zierbena

A su técnico, Jon Elortegi 'Txapas' no le duelen prensas en reconocer que, «pese a un ilusionante inicio de competición en Bilbao -fueron cuartos-, no hemos dado la talla en las primeras regatas». «No hemos sido capaces de que el bote se suelte y los resultados de Donosti y Galicia han sido un duro golpe», destaca.

Sin embargo, no queda otra que mirar hacia adelante porque la temporada no ha hecho más que empezar y el potencial del plantel obliga a resetear el disco duro y «salir a pelear cada cita como si fuera la última. Hay que ir regata a regata», señala. Eso sí, toca redefinir objetivos. «La pasada semana, la cosa ha ido mejor después de ciertos retoques, al margen del domingo que las calles fueron determinantes. Anímicamente el equipo está bien y con ganas de demostrar», apunta 'Txapas'.

Las bajas de hombres importantes en algunos momentos como fue el caso de Adrián González y Carlos Palazuelos en la doble cita de A Coruña también han tenido su influencia, pero el preparador 'galipo' no quiere escudarse en ello. «No cabe duda de que son remeros de gran calidad, pero ha sido más una cuestión técnica que otra cosa», señala.

Dada la situación clasificatoria en la competición de la regularidad, la doble cita del próximo fin de semana en aguas de la ría bilbaína -ikurriñas de Sestao y Santurtzi- es muy importante de cara a pelear la quinta plaza a Getaria y Kaiku y, si es posible, recortar puntos con los cuatro 'grandes'. «Entrar en la tanda de honor está muy complicado, pero no imposible y no vamos a tirar la toalla. Hace dos años Hondarribia estaba a veinte puntos de la cabeza y luego se metió en la pelea por el título», recalca el de Barrika.

Y visto que en la Eusko Label Liga la cosa se ha torcido bastante, el Campeonato de Euskadi del lunes en aguas de Lekeitio se presenta como una auténtica reválida para Zierbena de cara a rearmarse anímicamente. Los 'galipos', que podrán competir sin la limitación de remeros propios y canteranos que establece la ACT, se adjudicaron el entorchado vasco en 2020 por primera vez en su historia y ahora conquistarlo el cetro de nuevo tendría un plus en forma de inyección anímica para encarar retos venideros con la tranquilidad necesaria.