El golf saudí llega a España

Las grandes estrellas que aceptaron los mareantes contratos del fondo de inversión surgido de los petrodólares se dan cita en el exclusivo complejo de Sotogrande semanas después de que los circuitos tradicionales, el norteamericano y el europeo, y el del país de Oriente Próximo firmaran un acuerdo histórico que ha llevado la paz a este deporte a nivel internacional después de meses de tormenta. Dustin Johnson, Sergio García, Cameron Smith, Brooks Koepka, Bryson DeChambeau y Phil Mickelson, entre otros, entrenan ya estos días en el espectacular recinto gaditano.

Realmente poco se sabe de los pasos que se van a dar desde que en junio se alcanzó un armisticio que sorprendió a todos los sectores del golf porque las negociaciones no habían trascendido. El documento que dio paso a la tregua, desvelado en su momento por los responsables del PGA Tour, anunciaba la constitución de un nuevo comisionado para que se haga cargo del modelo de competición que se adopte en el futuro. También contempla que los saudíes hagan una fuerte inversión para que ese organismo eche a andar con un fuerte músculo financiero.

Pero no se conoce mucho más al respecto. La mencionada inyección económica no ha ido acompañada de una cifra concreta y tampoco ha quedado claro quién se colocará al frente de esa entidad. Tampoco hay noticias sobre si la apuesta que hay encima de la mesa es elaborar un calendario común o que convivan los tres circuitos.

El terremoto que provocó la irrupción de la Liga saudí no sólo hizo tambalearse el trabajo en los despachos y sacudió la gestión de los torneos en todas sus vertientes –jugadores, representantes, patrocinadores y bolsas de premios–, sino que también tuvo réplicas importantes en la Ryder Cup y afectó al trato personal de algunos profesionales. El mayor abanderado de los circuitos tradicionales frente al alumbrado por los petrodólares fue Rory McIlroy, radical en sus manifestaciones desde la creación de las denominadas LIV Series.

El norirlandés y Sergio García, grandes amigos y compañeros inseparables en el equipo europeo, tuvieron un conflicto que desembocó en la ruptura de relaciones. Empezaron a recomponerse durante la disputa del último US Open, en Los Ángeles, y parece que las aguas han vuelto a su cauce después de haber mantenido varias conversaciones.

Los espectadores que acudan a Valderrama asistirán a un evento que tiene más de espectáculo que de competición. El torneo dura tres días, de viernes a domingo, y no hay corte. Todos los inscritos completan las tres jornadas y hay una clasificación individual y por equipos.