La conexión de Rahm con los campos californianos: «Tengo buenos recuerdos y eso me motiva»
Ha logrado dos triunfos en Torrey Pines, entre ellos el US Open de 2021, y este curso alzó el trofeo en el Genesis Invitational de Los Ángeles
Jon Rahm tiene una conexión especial con California que supone una motivación extra para afrontar desde este jueves el Abierto de Estados Unidos, el tercer ' ... Major' de la temporada después del Masters de Augusta, en el que se enfundó la chaqueta verde, y el PGA Championship de Rochester, en el que no pudo engancharse al tren de la victoria. El vizcaíno ha llegado con la máxima confianza al escenario de la edición número 123 del US Open, avalado por los cuatro torneos que ha ganado ya esta temporada. Los Ángeles Country Club, que se estrena como sede de una cita de máximo nivel, es un campo distinto al resto con un rough letal que va a obligar a los jugadores a tomar decisiones que pueden suponer un cara o cruz en su transitar por este evento que vuelve a reunir a los mejores.
Los vínculos del profesional de Barrika con California se remontan a su época universitaria, hace una década, cuando defendió los colores de Arizona. Lo hizo en este mismo recinto angelino, aunque, como resaltó en su comparecencia ante los medios de comunicación españoles destacados en la ciudad del cine, las condiciones de aquella competición y esta son «muy diferentes». «Pero terminé quinto en la clasificación, así que es un campo que me gusta».
Después de su salto al profesionalismo, obtuvo en 2017 el primer triunfo de su carrera. Y lo hizo también en este Estado de la costa oeste. Fue en San Diego, en Torrey Pines, un lugar que ya quedará por siempre ligado a la historia de un deportista llamado a marcar una época. Todavía resuenan los ecos del griterío de los aficionados cuando convirtió su putter en una varita mágica para hacer un eagle desde más de 19 metros en el último hoyo. Tenía sólo 22 años y se convirtió en el vencedor más joven del Farmers Insurance.
Quiso el destino que cuatro años después de aquella gesta la asociación de golf de EE UU eligiera Torrey Pines para la disputa del US Open. Y quedó claro que la unión entre el ahora segundo jugador del ranking planetario y ese campo iba a ser duradera e imborrable. Rahm entró en el olimpo con su primer Grande y lo consiguió con un final apoteósico que es inevitable no evocar en vísperas del tercer 'Major' del curso.
Rugido ensordecedor
Si el rugido de los espectadores en el Farmers había sido potente, el del US Open fue ensordecedor y se escuchó a kilómetros de distancia. Sus dos putts en los hoyos 17 y 18 fueron superlativos y confirmaron que el presente y el futuro eran suyos. Desde aquel día entró a formar parte del selecto club de jugadores que han inscrito su nombre en el Grand Slam. «Qué voy a decir de Torrey Pines», subrayó el vizcaíno.
Hay otro dato que invita al optimismo y que corrobora los lazos de Rahm con los campos californianos. En este caso con uno que está muy cerca de aquí, el Riviera Country Club. El de Barrika alzó allí el trofeo a mediados de febrero en el prestigioso Genesis Invitational de Los Ángeles. «Tengo buenos recuerdos en California. Me motiva, así que encantado de volver», declaró minutos antes de iniciar su ronda de prácticas para examinar el recorrido e intentar desentrañar sus secretos.
No ha habido ni un solo golfista a quien no se le haya preguntado por la paz firmada recientemente por el PGA Tour y el DP World Tour con el fondo de inversión saudí que impulsó la Superliga de los petrodólares. Y Rahm no fue una excepción. Dijo que desconoce los entresijos del acuerdo y que por tanto no puede pronunciarse al respecto. «Sólo hay cuatro personas que los saben. Yo de momento no sé nada». Y añadió que en los hoyos que compartió con Sergio García para preparar el torneo no se habló del asunto.
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