El Amorebieta empata en su estreno en un choque con dos caras

Los azules saltaron al terreno de juego con cuatro caras nuevas en el once inicial. San José ocupó el eje de la defensa, acompañado por Gil a la izquierda y Aimar a la derecha. En el centro del campo, Markel ejerció como pivote, mientras que Amorrortu formó con Obieta en punta de ataque.

Los de Iñigo Vélez arrancaron el choque intentando dominar. Tocando atrás sin arriesgar, aunque con no demasiado éxito a la hora de buscar balones en profundidad. El Burgos estuvo bien plantado y cerró líneas de pase, complicando mucho la labor de los zornotzarras.

De hecho, fueron los de Julián Calero los que llegaron a generar más peligro con un par de lanzamientos lejanos bien atajados por Saizar. El meta de Ibarra no pudo hacer nada, sin embargo, mediada la primera mitad para evitar el tanto de Unda. Guillermo ganó la espalda a la defensa del Amorebieta, no pudo armar el disparo pero el rechace le cayó al capitán burgalés, que fusiló al fondo de la portería. Tuvieron otra muy buena ocasión los visitantes, pero Oscar Gil estuvo muy atento para rebañar el balón a Juanma con la puerta vacía.

Los vizcaínos reaccionaron en los minutos finales con una doble ocasión que obligó a lucirse a Herrero: Obieta intentó sorprender con una chilena en el vértice del área pequeña, y Bilbao empalmó un buen disparo tras el saque de esquina, pero no lograron perforar la meta del Burgos.

En la segunda mitad, Iñigo Vélez cambió su once por completo. Con el equipo totalmente renovado, el Amorebieta fue más reconocible en su juego que en la primera mitad. Los zornotzarras estuvieron más intensos y dominadores frente a un Burgos en el que Calero dosificó sus efectivos, a los que fue dando entrada y salida como si de balonmano se tratara.

Esa mejor puesta en escena de los azules tuvo una inmediata recompensa con el golazo de Iker Unzueta. El habilidoso delantero regateó dentro del área y buscó con mucha intención el disparo a la escuadra, imparable para el portero. Una acción de bella factura que recibió la ovación del medio centenar de aficionados que poblaban la grada. El de Abadiño, minutos después, estuvo muy cerca de adelantar al Amorebieta con una acción muy similar, pero en esta ocasión apareció un defensor justo a tiempo para taponar su disparo.

El segundo periodo discurrió casi por completo en la parcela defendida por el Burgos. El Amorebieta buscaba una y otra vez desbordar por las bandas, sobre todo por la izquierda, a la que caían Unzueta y Etxaburu con asiduidad. La presión ejercida por los de Vélez de Mendizabal ahogó al Burgos, lastrado también por esa escasez de jugadores. Los de Calero solo pudieron inquietar en una falta directa que se marchó por encima del larguero, y en una acción en los minutos finales en la que la fortuna se puso de parte de los locales. Berjón puso un centro chut al corazón del área, Arregi peinó y el esférico se marchó desviado tras rebotar en la parte del travesaño.

El Amorebieta lo intentó con constancia hasta el pitido final, pero no pudo encontrar ese segundo tanto con el que redondear con victoria su puesta de largo en Urritxe.