Roglic defiende su casa, la Itzulia

Como reflejaron en la redes sociales, los cicloturistas que ayer rodaban por los alrededores de Hondarribia se cruzaron, entre otros, con Primoz Roglic, Jonas Vingegaard y Sepp Kuss, los tres del equipo Jumbo. Iban tranquilos, distendidos. Disfrutando en la víspera de la primera batalla hoy de esta Itzulia que vienen a conquistar por tercera vez. «Cuando veo una oportunidad, voy con todo a por ella», sentenció Roglic hace un año, nada más ganar la pasada edición. Frase de cazador. De los que no desperdician balas. Y menos en su coto privado. Eso es la ronda vasca para el corredor esloveno, que corre aquí como en su casa.

Pisó por primera vez la Itzulia en 2017. Primoz aún no era el Roglic actual. Apenas era un dorsal peculiar, un antiguo saltador de esquí que se había impuesto en una contrarreloj del Giro 2016. Pero en la ronda vasca dio su gran salto: ganó dos etapas, en Bilbao y la contrarreloj de Eibar. Acabó quinto en la general tras sucumbir ante Contador y Valverde, pero había probado la sangre y se fue con una idea fija: volver para cobrar una carrera hecha a su medida. Lo hizo en 2018. Su primer triunfo. No estuvo en 2019 y la pandemia tachó la carrera del calendario en 2020. El esloveno regresó el año pasado y ante Pogacar, su verdugo en el Tour, venció de nuevo. Desde hoy en la contrarreloj inicial de Hondarribia se le abre la oportunidad de sumar su tercer triunfo. Eso le igualaría con Sean Kelly y Tony Rominger, y le acercaría a los dos únicos corredores con cuatro muescas, José Antonio González Linares y Alberto Contador.

Ante la ausencia de Pogacar, Roglic es el gran favorito. Tiene a su servicio una buena versión del equipo Jumbo, con Jonas Vingegaard en la retaguardia. El joven danés, que en 2021 fue segundo tanto en la Itzulia como en el Tour, da de sobra la talla para ser la otra baza del bloque neerlandés. Los dos cuentan, además, con el sostén de uno de los mejores escaladores del mundo, Sepp Kuss, que lleva días en Bilbao estudiando el recorrido.

A Roglic, favorito hoy junto a Remco Evenepoel y Pello Bilbao en los 7,5 complicados kilómetros de la contrarreloj de Hondarribia, le discutirán el triunfo dos escuadras que vienen cargadas de balas. El Ineos trae a Adam Yates, Daniel Martínez, Tao Geoghegan Hart, Thomas y el joven Carlos Rodríguez. El Bora se presenta con Sergio Higuita, ganador de la Volta, Buchmann y el ruso Vlasov, otro claro aspirante el podio final en Arrate. Tanto en la Volta como en la París-Niza (donde se impuso Roglic) el ciclismo de ataque ha sido la norma. Y suele ser el camino más corto para saltar la banca y voltear los pronósticos.

El resto de los equipos tienen menos abanico de líderes. El Quick Step confía en Evenepoel, que saldrá a por el triunfo en la 'crono' de Hondarribia y que acaba de hacer unos tests de potencia que asustan. A su lado, el doble campeón del mundo Alaphilippe tratará de cosechar triunfos en las etapas que terminan en repecho. Y son varias.

«La Itzulia es un Tour en pequeño», define Roberto Laiseka, director técnico de la carrera. Tras la contrarreloj en Hondarribia, la carrera volverá a Navarra con una segunda etapa entre Leitza y y la meta en el repecho de Viana, donde en 2010 Alejandro Valverde batió al sprint a Óscar Freire. La tercera jornada irá de Llodio a Amurrio -otra meta cuesta arriba- por un trazado ideal para las emboscadas. Con puertos como Opellora, Ozeka, Garate... «Es terreno difícil de controlar y con algunos tramos al 20%». La cuarta etapa, entre Vitoria y Zamudio, subirá por Jata y Urruztimendi y tendrá su punto caliente en una nueva ladera del Vivero, con rampas que rondan el 20%, antes de ir hasta la meta en el Parque Tecnológico de Zamudio.

El quinto capítulo se trasladará desde allí a Mallabia. El perfil incluye los puertos de Morga, Paresi, Bedarona, Gontzagarai, Trabakua y Karabieta, antes de llegar la calle Kalbario, donde la meta espera en un muro del 18%. La resolución de la carrera quedará reservada para la jornada final, el sábado día 9, entre Eibar y Arrate. Concentración de subidas hasta alcanzar el santuario eibarrés donde Roglic celebró en 2021 su segunda victoria.

Su lista de rivales es amplia. En ella figura también Pello Bilbao. Quinto en la Strade Bianche, la revirada y técnica Itzulia le va como un guante. Como la contrarreloj de Hondarribia, donde la fuerza compartirá peso con la habilidad y la precisión en el esfuerzo. Enric Mas, camino del Tour, ya ha demostrado que está a gran nivel. Ion Izagirre, ganador de la ronda vasca en 2019, tiene esta prueba en su punto de mira. Hay más: Michael Woods, Rigoberto Urán, David Gaudu...

La Itzulia permite también comprobar el crecimiento de los equipos de segunda categoría. El Euskaltel-Euskadi, en su casa, buscará protagonismo con Azparren, Martín y Bizkarra. El Kern Pharma disfruta de Igor Arrieta, un chaval de 19 años que sorprende a diario. El Burgos BH cuenta con el extriatleta Okamika y con el escalador Pelayo Sánchez. Y el Caja Rural, que aún se lame la herida de su exclusión de la próxima Vuelta a España, tratará de redimirse con Aular, Barceló y Lastra. Todos compiten desde hoy en la casa vasca de Roglic.

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