La Itzulia tiñe de color las calles vitorianas

Alrededor, corredores aficionados, cicloturistas, curiosos... Unos 250 espectadores. Dispersos, guardando las distancias, con todas las medidas de seguridad. A unos 50 metros de la burbuja de la prueba, los que marcan la zona perimetral custodiada por la Policía Municipal. La Itzulia vista desde los jardines que separan la carretera en Portal de Lasarte y Maite Zúñiga. Solo los muy afortunados, o los que tenían algún contacto, han podido rascar alguna gorra autografiada.

«Lo sentimos, de verdad», proclamaba por mefagonía la organización, consciente de que «el público es parte del ciclismo». Este año no toca. La tiranía de la pandemia. En este escenario un tanto descafeinado, el colorido lo ponían la treintena de enlaces motorizados que se han echado a la carretera 45 minutos antes de empezar la etapa. Poco después de las 12.30, corte de la cinta por parte de las autoridades: el diputado general de Álava, Ramiro González; el alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran; y la concejala de Deportes del Ayuntamiento, Livia López.

Pistoletazo de salida. Neutralizada primero, por Zumabide, Adurza, Salburua... Una serpiente multicolor que, entonces sí, ha podido recibir aplausos cercanos. Los ídolos ya pedaleaban cerca del aficionado. Disparada para la competición después. Por delante, 189 kilómetros hasta Hondarribia, la etapa más larga de la presente edición de la Itzulia.