El Euskaltel se prepara para otra Vuelta

Laiseka vestía de naranja, como este martes Xabier Isasa en la presentación en Derio, en la sede la empresa de telefonía, de la plantilla del equipo vasco para la temporada 2022. Tiene 20 años y la pasada semana se escapó en la etapa inicial de la Vuelta a Andalucía. Acabó cuarto. Al cruzar la meta de Iznájar agachó la cabeza. Triste por la oportunidad perdida. Enseguida le fueron rodeando sus compañeros. Todos le felicitaron por haber sido protagonista, por colocar el maillot naranja en el foco.

Hace un año, ausente desde 2013, el Euskaltel regresó a la Vuelta a España. Ahora, con el esfuerzo de corredores como Isasa, hace méritos para ser invitado de nuevo. Sobre la marea naranja que subió a Laiseka hasta el éxito en Luz Ardiden, flota ahora la generación de Isasa. Eslabones de la misma cadena.

Otro de los nuevos, Asier Etxeberria, repite que «soñaba con correr en el Euskaltel». Es un sueño compartido por otros de su camada como Xabier Mikel Azparren, que viene de estar con los mejores en la contrarreloj de la Vuelta al Algarve, y por veteranos como Mikel Bizkarra, que ha tenido que vivir años en la trastienda del ciclismo profesional para llegar al fin a lucir de naranja. En la pasada Vuelta a España acarició el triunfo en la penúltima etapa. Su imagen, roto, en el suelo y jadeando, sirve para ilustrar el espíritu de ese equipo: la combatividad.

Los ciclistas de hoy siguen la rueda de Laiseka, Mayo, Samuel Sánchez, Zubeldia o Igor Antón, ganador de la etapa de Bilbao que devolvió a Euskadi la Vuelta a España. En la próxima edición, la ronda española tendrá meta en la capital vizcaíno y cruzará las tres provincias vascas.

La dirección de la Vuelta aún no ha desvelado la identidad de los equipos que va a invitar. Hay dos plazas -o quizá tres si lo autoriza la Unión Ciclista Internacional- y cuatro aspirantes: el Euskaltel, el Kern Pharma, el Caja Rural y el Burgos BH. La decisión es inminente y estará basada más en criterios económicos que deportivos. La Vuelta es, ante todo, un espectáculo, un negocio.

Aun así, los cuatro candidatos sudan en cada carrera de este inicio de temporada para hacer méritos. El Euskaltel los ha hecho. Presente en fugas desde el Tour de Omán a la Vuelta a Andalucía. Y con corredores como Etxeberria, Isasa e Iribar formados en el Laboral Kutxa, el conjunto filial. Su sello. A esas tres incorporaciones se suma el gallego Carlos Canal, un todoterreno formado en el barro del ciclocross y el mountain bike.

«La empresa Euskaltel es difícil de entender sin su equipo ciclista», destacó el presidente de la compañía, Xabier Iturbe. El vínculo entre Euskaltel y la formación ciclista está firmado hasta 2023, pero con voluntad de prolongarse. «El equipo ha sido el mejor embajador de Euskadi en el mundo», subrayó Iturbe, que recordó la esencia de este proyecto: «Dar cauce a la cantera vasca».

En eso trabaja la Fundación Euskadi, la otra pata de este proyecto junto a firmas como Orbea, Etxeondo y Hafesa. El equipo sub'23 y la escuadra femenina unen fuerzas con la plantilla profesional y el trabajo que se hace en colaboración con varias escuelas ciclistas vascas. Juntos pedalean para volver este año a la Vuelta y, en el futuro, al Tour.