La mejor final posible
Análisis. ·
Los números y las sensaciones nos 'chivan' que Turquía y Alemania han sido los mejores del Eurobasket. Merecen pelear por el títuloMás que una disciplina filosófica que no viene al caso, la lógica tiende siempre a ayudarnos a obtener un pensamiento certero en nuestros razonamientos, cercanos ... a la verdad, con informaciones previas que nos ayudan a comprender el presente. Por eso, la lógica se refuerza a posteriori como queriéndonos decir, «cómo no te diste cuenta antes, es así».
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Le puedo asegurar que no soy muy ducho en atinar con mis predicciones, todo lo contrario, quizá por eso sea tan maravilloso estar cerca del mundo del deporte para darte cuenta de que aquello que crees que puede suceder pues no sucede, de la misma manera que nos encantan las sorpresas. Diría que la lógica antes de este Eurobasket situaba a Alemania y Turquía como posibles equipos que podrían llegar a 'aspirantes a algo', tanto por su trayectoria pasada como selecciones como por las plantillas que competirían en estas semanas. Así ha sido.
Ambos equipos, fíjese, lideran el apartado de más puntos anotados como de menos puntos recibidos. La lógica es incontestable. Aunque pensemos que los números no siempre reflejan la realidad, en esta ocasión lo hacen de manera contundente. Han sido, de largo, los mejores equipos de este Eurobasket y por tanto estamos ante la mejor final posible.
De entrada reconozcamos la inmensa calidad de sus principales protagonistas: Schroeder, Wagner, por un lado; Larkin y Sengun, por otro; sus principales complementos, como Theis, Lo, Obst, Da Silva, en Alemania; y Osman, Osmani, Hazer y Korkmaz, por Turquía. Más allá del enfrentamiento individual, lo importante siempre es entender que los contextos, los complementos de unos jugadores con otros, hacen que el equipo funcione mejor o peor.
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El alto ritmo de juego define a los germanos mientras los turcos cimentan su juego en un muro defensivo
Alemania tiene más ritmo en general, al tener la posesión tiende a llegar cuanto antes al ataque con la ventaja que supone tener más posesiones, más oportunidades de anotar. Supera los 100 puntos de media, no lo olvide, con lo cual entendemos que más allá del acierto, que lo tienen, la idea de su juego es elevar ese ritmo al máximo. Turquía supera también los 90 puntos de media pero lo hace desde la búsqueda de las mejores opciones de tiro con una selección extraordinaria y siempre con una velocidad de ejecución que no supera los cuatro pases. Las amenazas llegan siempre desde el pase.
El reto será cuál de los dos equipos provocará más errores al rival para minimizar sus puntos fuertes. Turquía tiene una clave que radica en su defensa, sobre todo tras los primeros segundos de sus bases, y es que el resto de jugadores son muy atléticos y dinámicos y físicos: la calidad de la defensa diseñada por Ataman se muestra en cómo Osmani, Korkmaz, Osman e incluso Sengun apoyan las primeras y segundas ayudas para cerrar espacios y provocar errores en los pases. Aquí se nota la mano de los entrenadores y es cierto que Ataman ha diseñado un estilo de juego que fija muy bien los roles en ataque pero exige reglas colectivas que le dan una pequeña ventaja a Turquía. ¿Dónde radica la ventaja en Alemania? En su capacidad de que el ritmo pueda sacar ventaja de sus jugadores más 'pequeños' para tener más opciones de ataque.
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Déjeme recomendarle un par de cosas: el juego de bloqueo directo de Turquía, en especial si Larkin tiene el balón, es extraordinario; el juego de pies de un pívot como Sengun es de lo mejor que hemos visto en el campeonato, y la asunción individual de Schroeder y Wagner en sus 1x1 para buscar las ventajas junto a un tirador letal como Obst. Solo le pido una cosa: olvídese de la lógica y disfrutemos de la mejor final posible a partir de las ocho de la tarde.
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