Eva Moral, la abogada y triatleta que busca acudir a sus primeros Juegos Paralímpicos
Una caída por un barranco en una ruta cicloturista le produjo una lesión medular. El deporte le devolvió meses después la libertad y con él espera alcanzar la gloria en Tokio
El desenlace de su historia pudo ser fatal, pero ella se ha aferrado a la vida, con ganas de comerse el mundo. Sin límites. El 29 de septiembre de 2013 la madrileña Eva Moral terminó en un hospital, en la UVI, con una grave lesión medular fruto de una caída en bicicleta mientras participaba en una ruta cicloturista. «Todo iba fenomenal hasta que empezó a llover y la bajada se hizo peligrosa. Frené suavemente y se me fue, con tan mala suerte que choqué contra un quitamiedos y salté por encima del mismo, precipitándome por un barranco de siete metros«, recuerda. En la caída recibió un golpe seco en la espalda, que le paralizó las piernas. Una lesión irreversible que intuyó desde el primer momento, cuando pudo coger su teléfono móvil para pedir auxilio.
Poco más de un mes después fue traslada al Hospital de parapléjicos de Toledo, donde inició su rehabilitación y donde confirmó que pese a que el deporte, que hasta entonces practicaba de forma amateur, la había llevado hasta ahí por una fatalidad, también la ayudaría a reconstruir su vida. "Al final tenía dos opciones, o quedarme paralizada y no hacer nada o seguir para adelante. Por una misma y por los que te rodean al final siempre tienes más fuerza de la que crees, y tiras para adelante". Y eso hizo, machacando su cuerpo en el gimnasio y fortaleciendo su tren superior. "Intenté cambiar el chip desde el principio, también para ponérselo fácil a mi familia, que lo estaba pasando mal. Me deshice de todas mis bicicletas pero por algo sentimental, porque nunca le cogí manía al deporte, sino todo lo contrario. Siempre tuve claro que quería seguir practicándolo, que no quería dejarlo y poco a poco me fui informado de lo que yo podía hacer. No me lo pensé".
Y comprobó que podía llegar hasta donde ella quisiera. De hecho, un mes después de recibir el alta ya estaba participando en su primera carrera, ni más ni menos que un Campeonato de España de ciclismo. "La primera vez que me subí a una handbike (bicicleta adaptada que se impulsa con los brazos) tuve muy buenas sensaciones, era como volver a tener libertad, a estar en mi medio". Moral practicaba triatlón, y lo sigue haciendo, ya que consiguió volver a dominar las tres disciplinas. "Con la natación al principio lo pasé peor. Pensaba que iba a ser mucho más sencillo, que en el agua las piernas iban a flotar y me sentiría más liberada, pero todo lo contrario. Me costó adaptarme", confiesa a este periódico.
En su palmarés ha logrado sumar medallas nacionales, europeas y mundiales tanto en paraduatlón como paratriatlón
Aún así, un año después del accidente tomó parte en su primer triatlón. "Quise probar y como vi que se me daba bien pues nada, a seguir entrenando", bromea. "Al final me he volcado a tope". Y es que poco a poco fue subiendo de nivel y participando en pruebas internacionales, sumando a su palmarés medallas nacionales, europeas y mundiales tanto en paraduatlón como paratriatlón. Ahora mismo esta abogada de profesión se dedica al 100% a su pasión.
En pareja
En 2016 se convirtió en el maratón de Nueva York en la primera mujer española capaz de completar los 42 kilómetros en una silla de atletismo, con la única ayuda e impulso de sus brazos. En estos momentos tiene un claro objetivo en su cabeza: los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020. Una cita que arrancará a finales de agosto y en la que no sabrá si podrá estar hasta dos meses antes. "Nuestra clasificación termina en junio, pero la cosa va bien encaminada". Poder aspirar allí a una medalla sería para ella "una ilusión muy grande". "Si logro ir, intentaré absorber todo lo que pueda, retenerlo en mi memoria, porque eso tiene que ser único. Son cuatro años muy duros y no es fácil clasificarse, así que lo saborearía al máximo".
En 2016 se convirtió en Nueva York en la primera mujer española capaz de completar los 42 kilómetros en una silla de atletismo, con el único impulso de sus brazos
Un sueño que podría cumplir cerca de su pareja, Ángel Salamanca, con quien le gustaría formar una familiar. Él también es triatleta, y entrenador, y compite como guía de José Luis García, quien sufre una ceguera total, y con el que ya se ha subido a varios podios a nivel internacional. Un compañero de vida que este deporte ha puesto en el camino y con el que se casará el próximo mes de marzo, después de protagonizar una pedida de mano que se convirtió en viral, en el podio de las Series Mundiales en Yokohama, donde ambos se habían conocido un año antes. "Nos casaremos y ni viaje de novios ni nada. Lo dejaremos para después de los Juegos, si es que llegan, porque este año es importante. Como los dos somos deportistas no nos echamos en cara nada el uno al otro", asegura, confesando que poder festejar en Tokio su reciente matrimonio con una medalla "estaría genial". "¡Ojalá fuera así!".
Como mujer Eva Moral aplaude el empuje que le han dado al deporte femenino en los últimos años, con numerosas iniciativas como la de Iberdrola a través del programa Universo Mujer. "Las niñas necesitan referentes y poco a poco se están visibilizando. En mi federación jamás he visto ningún tipo de diferencia entre chicos y chicas, pero sí que en la sociedad y en los medios sigue habiendo. No se le da la misma importancia a unos y a otros, pero poco a poco lo iremos cambiando", afirma, resaltando que para ella cuando se llega a un determinado nivel no hay distinciones en cuanto al deporte y el adaptado. "No pensamos en que lo practicamos con una discapacidad o sin ella. El deporte no tiene apellidos. Hay que cambiar un poco la mentalidad".