Una gimnasta del equipo nacional deja su carrera con 17 años tras confesar que sufre anorexia
La leonesa Olatz Rodríguez estuvo un mes ingresada por desnutrición y llegó a pesar 37 kilos. Una historia de superación que sin embargo su paisana Carolina Rodríguez teme que dañe el nombre de su deporte
Pocos días antes de que la pandemia de coronavirus paralizara al mundo y decretara la alerta sanitaria en España, la Federación de Gimnasia anunciaba en un breve comunicado que una de sus integrantes, la joven Olatz Rodríguez, miembro del equipo nacional individual, había decidido poner fin «de manera voluntaria» a su carrera deportiva. Algo que en mundillo dejó a muchas personas sorprendidas, principalmente por su juventud, 17 años, y por todo lo que aún le quedaba por mostrar, habiendo fichado un mes antes, en febrero, por el Club Gimnastica Opera, para participar en la Liga Italiana.
Publicidad
Ella misma se ha encargado tres meses después de explicar ese repentino adiós en las redes sociales. Lo hizo a través de un vídeo, lleno de sinceridad y espontaneidad, en el que confesó estar sufriendo «anorexia nerviosa restrictiva». Una enfermedad que la llevó a pesar 37 kilos, a pasarse un mes hospitalizada en 2019 y a tener que renunciar a su sueño de seguir deslumbrando en el tapiz. «En mi caso nunca me vi gorda, ni vomité. Yo no tenía hambre porque me lo metí en la cabeza. Pensaba que si adelgazaba iba a ser mejor gimnasta. Yo soy muy perfeccionista y siempre veía a gimnasta muy buenas y muy delgadas y decía, 'pues así tendré que estar yo'«, relataba frente a su teléfono móvil.
Durante varios meses ha padecido periodos de ansiedad y de depresión y asegura que aún no tiene el alta definitiva con todos los médicos y especialistas que han estado llevando su caso. «Empecé quitándome alimentos, no comiendo pan, pasta... y al final solo comía huevos, verdura y yogures sin lactosa, sin grasas y sin nada de nada. Y cuando no le das alimento a tu cerebro no funciona bien«, remarca la joven, a la que toda esa situación se le terminó yendo de las manos.
Después de haber sido una de las gimnastas junior más destacadas de España, llegando a clasificarse para la final de un Europeo, se dejó llevar por su carácter tremendamente perfeccionista y terminó postrada, muy débil, en la cama de un hospital. «Contaba las calorías de todo lo que comía y acabé perdiendo el control», declara, reconociendo que se dejó llevar por los estereotipos que marca la sociedad. «Cuando escuchas que si estás 'más delgadita resultas más elegante' al final se juega con la salud de las personas. Me encantaría que todo el mundo se diera cuenta y se preocupara por vivir la vida y no estar comparándose con los demás«.
«Yo no tenía hambre porque me lo metí en la cabeza. Pensaba que si adelgazaba iba a ser mejor gimnasta»
Ella relata que dejaba de comer para sentirse «aliviada», y aprovecha su confesión para ofrecer su ayuda a todos los que estén padeciendo algún tipo de trastorno de conducta alimentaria. «La clave está en no juzgar a las personas por su físico, aunque es algo que los demás hacen de manera inconsciente y con la intención de agradar«, declara, asegurando que actualmente ella misma cuando por la calle le dicen que ahora está más guapa o que le hacía falta coger kilos de más, se sienta delante de la mesa y piensa en volver a no comer, pero lucha contra ese pensamiento obsesivo dándose cuenta de que no quiere terminar como estaba hace unos meses.
Publicidad
Defensa de la gimnasia rítmica
Una batalla prácticamente ganada por la que Olatz ha recibido numerosas muestras de cariño y de ánimo. Entre ellas destacada la de su referente en el tapiz, Carolina Rodríguez, diploma olímpico en los Juegos de Río de Janeiro en 2016 y compañera del Club Ritmo León. La dominadora de la rítmica en los últimos años hasta su retirada de la alta competición tras las pasadas Olimpiadas, aprovechó el momento para lanzar un alegato en defensa de su disciplina, la que en varias ocasiones se ha relacionado con este tipo de trastornos de la alimentación.
«Olatz es una apasionada de la gimnasia, como yo, pero por circunstancias personales, como sucede en otros ámbitos de la vida, no ha podido hacer frente a la presión que conlleva la alta competición«, señala a través de un comunicado, asegurando que a lo largo de los años ha visto como otras compañeras, »con otros problemas que no tienen que ver con la anorexia, tampoco lograron realizarse deportivamente, pero supieron gestionar su pronta retirada de la mejor manera«.
Publicidad
Por ello Carolina Rodríguez reconoce tener «sentimientos contrapuestos» tras hacerse público el caso de su paisana, ya que considera que esta historia podría «dañar el nombre del deporte que me vio crecer, que me enseño grandes lecciones para la vida y que me ha aportado la mayor felicidad y momentos donde el cuerpo y la mente se nutren de situaciones que ponen a prueba a una niña o a una adolescente para saber sus límites«.
La veterana gimnasta aprovecha para recalcar que «no todo el mundo vale para ésto, pero la anorexia no está dentro de los porcentajes más elevados en ningún deporte, ni siquiera en la gimnasia», asegurando que cada vez hay un mayor conocimiento sobre la nutrición y las necesidades de cada deportista, «aunque tengan que estar más delgados que otras personas consideradas como normales». Reconoce que ella misma siempre compitió con un índice de masa corporal «dentro de la normalidad» y que desde que se inició en la rítmica en 1994 «apenas» vio algún caso de esta enfermedad entre sus compañeras o rivales, «y los casos conocidos han estado asociados a otros problemas que hacen que esta conducta se desarrolle«.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión