Mavi García sigue creciendo con su tercera plaza en el Giro

La carrera profesional de Mavi García es de lo más atípica. Entre los 7 y los 16 años, practicó patinaje. «Pero al final fueron tantos años, con tanta dedicación, con días de cuatro horitas de entrenamiento, que se me acabaron empachando. Ya no me apetecía patinar; no al menos a ese nivel. ¿Y por qué dejarlo? Bueno, pasa un poco como con la gimnasia: mucho entrenamiento. Me saturé. No me apetecía hacer deporte. Y no hice nada durante varios años. Las prioridades eran otras. Y ya con 25 años, más o menos, comencé a correr», explicó la balear en una entrevista.

Mavi recuperó su relación con el ejercicio junto a una amiga que preparaba las pruebas físicas de la policía. El atletismo fue el deporte que finalmente le acabaría separando de la silla y el ordenador. Porque la ahora ciclista profesional trabajaba a tiempo completo desempeñando todo tipo de funciones en una empresa de maquinaria de hostelería en Mallorca. «Me llevaba la bici al trabajo por la mañana, aprovechaba para hacer dos horas de entreno a mediodía, volvía a casa, me duchaba, regresaba al trabajo en bici y a última hora de la tarde entrenaba carrera a pie. Era un estrés total» que rompió con excedencias a partir de 2016 y que acabaron determinando que su éxito profesional llegase del lado deportivo.

Porque su crecimiento fue tal que Mavi García llegó a ser subcampeona mundial de duatlón en 2017, cuando ya compaginaba el deporte que más le gustaba con el ciclismo, unos años que calificó de «auténtica locura», en los que intentó compaginarlo todo: «Me levantaba a las 6:30, corría 40 minutos antes de trabajar, hacía dos horas de bicicleta en el descanso para comer y volvía al polideportivo después de terminar en la oficina. Cenaba y me dormía pasada la media noche».

Mientras Mavi crecía en el duatlón, las cosas en el ciclismo no iban tan bien. «En 2015 Lo pasé muy, muy mal en carrera. Había tenido un par de caídas, en ocasiones me veía preguntándome qué hacía ahí… Parecía que no encajaba. Los resultados salían, sí; pero las sensaciones no eran buenas». Llegó la oportunidad del Bizkaia Durango, y de ahí la del Movistar, que fue la que le cambió definitivamente su vida. En 2019 empezó su carrera ciclista en exclusiva. «Fue una decisión económica porque lo hubiera cogido igual si me lo hubieran ofrecido en el duatlón. Yo ya no era una niña y tenía todas las obligaciones», afirma. Después llegó el fichaje por el Alé BTC Ljubljana, donde terminó de explotar, con un quinto puesto en el Giro, plata en la Strade Bianche o su primera participación en los Juegos. Este año, en el UAE, Mavi sigue creciendo.