Masomah Ali Zada, de ser atropellada en Afganistán al sueño olímpico
La joven de 25 años, miembro de la minoría hazara, abandonó su país junto a su hermana en 2017 para poder dedicarse al ciclismo profesional
Judith Romero
Martes, 14 de septiembre 2021, 09:09
Aparecer en un documental cambió la vida de la ciclista afgana Masomah Ali Zada para siempre. La joven de 25 años, miembro de la minoría hazara de Afganistán, siempre tuvo una vida difícil, pero todo se complicó aún más cuando decidió practicar ciclismo profesional junto a un grupo de mujeres, entre ellas su hermana Zahra. Refugiada en Francia desde 2017, este verano Ali Zada ha cumplido un sueño al formar parte del segundo equipo olímpico de refugiados del Comité Olímpico Internacional de la historia.
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El abogado jubilado Patrick Communal descubrió la lucha de Ali Zada en el documental 'Les Petites Reines de Kaboul' realizado por la cadena Arte en 2016. En él se mostraba cómo estas mujeres entrenaban en la capital afgana pese a tener que hacer frente a quienes creen que el ciclismo femenino es inmoral. Desde este mismo mes de septiembre el deporte femenino vuelve a estar prohibido en Afganistán ya que su nuevo Gobierno talibán se niega a que las mujeres «exhiban sus cuerpos». La historia de la deportista conmovió tanto a Communal que se puso en contacto con las hermanas a través de la Federación Afgana de Ciclismo.
Las mujeres no tuvieron fácil pedalear en Afganistán durante los 20 años en los que no hubo un Gobierno talibán. La propia Ali Zada fue atropellada intencionadamente por un coche. Lejos de estar arrepentido, su conductor no dudó en burlarse de ella. Su entrenador y sus compañeras también recibieron numerosas amenazas de muerte y ataques con piedras que fueron creciendo en gravedad. Les instaban a dejar de practicar deporte y a casarse. Communal pidió un visado humanitario para Ali Zada y su hermana y, un año después, logró que se instalaran en su casa de vacaciones en Bretaña. Allí las entrena Thierry, hijo del abogado.
Esta no es la primera vez que Ali Zada y su familia abandonan Afganistán. Cuando era pequeña pasaron varios años exiliados en Irán. La minoría hazara huye de los talibanes, el Estado islámico y Al Qaeda. Y aunque comenzó practicando taekwondo, esta deportista no tardó en enamorarse del ciclismo. «Quiero convencer a quienes piensan que una mujer en bicicleta es inapropiada o les parece extraño que una mujer musulmana con pañuelo en la cabeza sea ciclista», dijo antes de acudir a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Terminó la prueba en último lugar, pero para ella fue toda una victoria. «Represento a 82 millones de refugiados. Me enorgullece representar al equipo de refugiados y enviar un mensaje de esperanza y paz. Fue una experiencia inolvidable para mí», asegura.
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