AFP

Vivir en un edificio con una confusa señalización libra a la campeona del mundo de 400 de una sanción por dopaje

Salwa Eid Nase ha logrado demostrar que el agente que acudió en abril de 2019 a su domicilio en Bahrein, para hacerle un control, se equivocó de puerta

Jueves, 22 de octubre 2020, 00:48

La bareiní Salwa Eid Naser, actual campeona del mundo de 400 metros, estaba suspendida provisionalmente desde el pasado mes de junio, al haber infringido el reglamento antidopaje después de no estar localizable, hasta en tres ocasiones, a la hora de pasar los habituales controles a los que se deben enfrentan periódicamente los atletas. Una sanción de la que ha sido absuelta por el tribuna disciplinario de World Athletics, el órgano de gobierno del atletismo a nivel mundial.

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De acuerdo con el reglamento, los atletas deben declarar trimestralmente su localización habitual, lugares de entrenamiento y planificación de competiciones con las posibles localizaciones y horarios, a fin de estar disponibles para cualquier control fuera de competición. Si a lo largo de un año el agente que acude por sorpresa a realizar los controles no puede dar con el deportista en tres ocasiones, la infracción se considera como un positivo. En el caso de Eid Naser, no fue localizada ni el 12 de marzo de 2019, ni justo un mes más tarde, el 12 de abril, ni tampoco el 24 de enero de 2020.

Debido a esto, y a que anteriormente ya tenía un aviso por haber rellenado mal sus datos, al confundirse en el número de edificio como su residencia en Bahrein (en vez del 954 puso el 964, que no existe), fue suspendida provisionalmente, pero la atleta ha podido demostrar que al menos en una ocasión, en la del 12 de abril, el agente no llegó a tocar insistentemente su puerta, como él aseguró en un primer momento.

Y es que la atleta de 22 años y natural de Nigeria, pero que compite por Bahrein, reside junto a su pareja en un piso de la ciudad de Riffa, en un edificio un tanto peculiar, en el que también se alojan otros atletas gracias al apoyo de la federación del país de Oriente Medio. Ella reside en la calle 833, en el edificio 954, bloque 903 y piso número 11. El problema estuvo en este último número.

Durante una hora, de madrugada, al agente estuvo aporreando una puerta tras la que él creyó que se encontraba la atleta. En ella aparecía el 11 y 12, pero no eran viviendas, sino trasteros. Al lado había una puerta de cristal, siempre abierta, que daba acceso a un montón de apartamentos, entre ellos el 11, el de Salwa Eid Naser, pero no llegó a abrirla. Intentó llamarla por teléfono pero el que figuraba en su expediente no estaba actualizado. Regresó al mismo lugar varias veces ese mismo día, sin dar con la atleta, por lo que acabó registrando un 'missing test', como el mes anterior, y como volvería a suceder en enero de 2020.

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Peligraban los Juegos

La Unidad de Integridad del Atletismo de la IAAF, reconoció que la numeración de las puertas "era extremadamente confusa", y aunque amonestó a la corredora por las dificultades que puso para ser hallada, por no tener toda la información personal en regla, decidió anular esa falta de abril, por lo que la sanción provisional deja de tener efecto.

La atleta se enfrentaba a una suspensión de dos años, que la dejaría fuera de los Juegos Olímpicos de Tokio de 2021, pero tras esta sentencia del tribuna puede respirar tranquila. La nigeriana, que adquirió la nacional de su padre en 2014, se convirtió un año más tarde, y corriendo con hijab, en campeona del mundo juvenil, con 17 años. En 2017 se proclamó subcampeona del mundo, subiendo al máximo escalón y haciendo historia dos años más tarde en Doha, al conseguir la tercera mejor marca de todos los tiempos en los 400 metros (48:14), el mejor registro en los últimos 34 años.

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