La víctima acusa a su extécnico de baloncesto de llevarla a un cantón, besarla y manosearla

Durante una tarde-noche de fiesta, jugadora y técnico se citaron en un local del Casco Viejo. Tomaron varias consumiciones y, en un momento dado, el adulto, que en 2022 rozaba la treintena, supuestamente la invitó a moverse a una zona apartada. Ya en un cantón y siempre según la versión ofrecida por la denunciante, él la besó y manoseó, siempre con su negativa.

Hubo un parón porque la chica telefoneó a una conocida para que viniera a su rescate. En los minutos de espera se habría producido un nuevo intento de contacto sexual. Al día siguiente, el ahora sospechoso le envió mensajes de whatsapp en los que se disculpaba por lo ocurrido.

Así pasaron los meses hasta que el pasado abril coincidieron dos veces. Primero, en un partido del Baskonia en el Buesa Arena. Hace un par de semanas, ella tenía encuentro con su equipo. Les arbitró su antiguo preparador, que entonces compaginaba esa función con la de preparador en las categorías inferiores del Baskonia. Supuestamente le profirió comentarios que le causaron una crisis de ansiedad. Ahí decidió dar el paso de desvelar a su entorno lo ocurrido año y medio atrás.

El caso trascendió el jueves en la Federación Alavesa de Baloncesto, que cuatro días después lo sacó a la luz mediante un escrito de denuncia y condena. Antes, apartó al hombre de su función de árbitro y dio parte al Ayuntamiento y a la Diputación. Ambas instituciones han ofrecido sus equipos de psicólogos a la joven. El Baskonia, donde se empleaba el entrenador, igualmente le ha despedido. La noche del lunes tuvo lugar la denuncia en la Ertzaintza.

Por su parte, el sospechoso también acudió en la mañana de ayer al juzgado. Admitió «besos en el cuello» enmarcados en un encuentro «íntimo consentido», según ha sabido este periódico.