Las mentiras que Úrsula Corberó y Edie Redmayne contaron para trabajar en Hollywood
La pareja acudió a 'El Hormiguero' para presentar la serie 'Chacal' y no tuvieron pegas en contar lo más curioso de sus inicios en la meca del cine: «Le eché un morro…»
Llegan a 'El Hormiguero' dispuestos a conquistar al público español con una nueva serie que mira a los clásicos, 'Chacal'. Eddie Redmayne y Úrsula Corberó son los protagonistas de la ficción que el actor ya conocía desde que era muy joven. «Desde niño ya me gustaba la película y a mi padre, más. A mí me encantaba, era una de esas pelis que veíamos una y otra vez de pequeño. 'Chacal', 'Dirty dancing' y 'Pretty woman'. Curiosa mezcla. Esa peli tenía algo muy atractivo. Y cuando mi padre se enteró de que íbamos a hacer la serie se emocionó. Y me ha dicho que lo estoy haciendo bastante bien», afirmaba el intérprete. Úrsula describía la serie. «Es una nueva versión y, cuando leí los guiones, me pareció realmente novedoso. Creo que no estamos acostumbrados en este tipo de género, a ver a un asesino a sueldo que tiene como una vida paralela. Es una especie de James Bond muy humanizado», comentaba.
A la joven actriz le ha tocado dar vida en Hollywood a una gaditana. «Les dije que era catalana y les pedí que me hicieran una prueba. No quería faltar el respeto a nadie. Creo que me voy soltando a medida que avanza la serie», explicaba aludiendo al acento que ha tenido que impostar. Él, sin embargo, debía lidiar con numerosos disfraces. «Rodábamos en Hungría y hacía mucho calor, y con esa careta sudabas muchísimo, así que me pinchaban el caucho para que saliera el sudor. La verdad es que era bastante repugnante», reconocía Redmayne.
Eddie es una estrella, pero destaca por su humildad, a tenor de las palabras que le dedicaba Úrsula. «Trabajar con él ha sido increíble. Lo tiene todo. Aparte de ser talentoso, es de las personas que trae la mejor vibra al set. Es muy trabajador, pero lo que me sorprendió gratamente es que está pendiente de todo el mundo», ponderaba la actriz. Él agradecía el gesto y pasaba a narrar anécdotas del rodaje para evitar sonrojarse. Tuvo un asesor que había sido espía. «Me explicaba cómo andar por la calle y darte cuenta de si te están siguiendo mirando reflejos en las ventanas y en los retrovisores de los coches. Si alguien te ataca, puedes utilizar monedas que tengas en el bolsillo para tirárselas a los ojos y distraerles. Otra cosa curiosa era que llevan un tampón y, si les disparan, se lo meten en el agujero de la bala y eso les ayuda con la hemorragia», descubría.
A la hora de encontrar trabajo, el actor se lanza a la piscina animándose a todo. Ambos demostraron que cara no les falta. Así, Úrsula narraba su llegada a EE.UU. «Le eché un morro… No tenía ni idea de inglés y tenía que hacer ver que si entendía. Era una impostora. Hice un casting contratando un coach para aprendérmelo fonéticamente. Y me cogieron. Y ahí estaba yo vomitando en el AVE de los nervios, estudiándome mi texto y el del otro actor», revelaba. Su compañero tampoco se quedaba atrás. «Cuando empiezas como actor, si te llaman y te preguntan si sabes hacer algo, dices que sí. Tenía 23 años y estaba haciendo el casting para una serie sobre Isabel I con Helen Mirren. Me preguntaron si alguna vez había montado a caballo y dije que sí. Y me fui. La verdad es que cuando tenía cuatro años me subieron a un pony y me dieron una vuelta, pero nada más. Dos semanas después, aparece un semental gigantesco, y yo con espuelas, y cuarenta especialistas lituanos subidos a caballo detrás. Estaban Jeremy Irons, Helen Mirren… ¿En qué momento les contaba que no sabía montar a caballo? Era tan humillante que no lo dije. Dijeron acción y le di al caballo, salió disparado. Se tuvieron que apartar todos. El director tenía el megáfono y grito: ¡Eres un mentiroso de cojones!», recordaba entre risas.
