'El Conquistador', ya solo con dos equipos, se cobra su primera víctima
Azu, nominada un tanto injustamente, fue la expulsada al no superar un duelo complicado que le enfrentaba a David Seco y Azo que salvaron la papeleta
La disolución de las Atabey marca un punto de inflexión en la aventura. 'El Conquistador' se queda solo con dos grupos y Joana Pastrana tenía una misión difícil, comunicárselo al equipo verde, marcharse a casa y, para colmo, llevarse a una de sus pupilas. Esta última parte no resultó mal porque Carmen se ofreció voluntaria para hacer las maletas. «Tengo el coxis mal», argumentaba la joven antes de abandonar. «Te tengo que agradecer lo fácil que me has puesto esto», brindaba la capitana suspirando con alivio. Quedaba el reparto de las Atabey. Joana y Paula se fueron con los Corocote, mientras Azucena y Amayita volaban con los rojos.
Llegado el juego de inmunidad, tocaba construir una tirolina desde los árboles que estaban en la otra orilla del río hasta la base, y luego cruzar la soga. Una vez elaborada la tirolina, cuantos más concursantes pasaran, mejor. Miguel y Daniel arrancaban la epopeya roja, mientras Lorenzo iniciaba la azul. Ellos debían encontrar la maroma, enhebrarla en un árbol y acercarla al grupo. Todo iba bien para los Yocahu, hasta que le tocó a Amayita cruzar la cuerda. La joven se bloqueó, cayendo al agua una y otra vez. La ventaja roja se difuminó ante la reacción azul que acabó superándoles. «Era algo que estaba segura de que lo iba a hacer, de hecho, lo he entrenado», se disculpaba Amayita.
Exultantes por su triunfo, los Corocote debían nominar a un contrario y escogieron a David Seco. No se lo tomó mal. «Si yo he venido a esto, a mí me gusta el rock and roll», apuntaba el de Busturia. En la asamblea roja, todas las lanzas apuntaban a Amayita, pero los azules le otorgaron la inmunidad y su estrategia se trastocó. Azu fue la gran perjudicada. Recién llegada al equipo colorado, sus compañeros decidieron condenarla, pese a que en la prueba lo había hecho bien. «No me lo merezco», proclamaba ella dolida. Quedaba el tercer nominado y era el capitán el que escogía al castigado. Cesc Escolá impuso el collar maldito a Azo. «No me lo esperaba, la verdad», exponía el canario sorprendido por la elección de su líder.
Un desafío de autoascensión aguardaba a los nominados que debían subir su propio peso únicamente con la fuerza de sus brazos. Sin utilizar piernas ni pies hasta coger cuatro banderines. Seco avisó de que no estaba al cien por cien. «Tengo un problema de lumbalgia», advertía. Sus dos adversarios arrancaron muy fuerte, pero Azu de desfondó tras alcanzar el segundo banderín. El canario demostró garra, pero no fue capaz de llegar a la cuarta enseña y Seco sacó fuerzas de la nada y también llegó al tercer banderín dejándose la piel en el reto. Ambos, a pesar de que no habían completado la prueba, fueron salvados. Azu, que se quedó con dos estandartes, fue la expulsada de la jornada. «Siento que me voy demasiado pronto», se lamentaba antes de despedirse del concurso.