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Desarraigo. María José Pradera, junto al pasaporte que llevaba cuando salió de Cuba, con solo cinco años. ankra nieto

La tristeza del exilio desde los ojos de una niña

Cubana de origen y vizcaína de adopción, María José Pradera narra en 'La escultural Mary' el drama de los pequeños «sacados» de su tierra

Jueves, 28 de marzo 2019, 07:58

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Seriedad y tristeza, aguante y resistencia. Eso es lo que ve María José Pradera en las caras de los niños y niñas que se van ... para el exilio, esos que migran obligados por las circunstancias de un rincón a otro en muchos rincones del mundo. También se ve a sí misma. Ve a aquella niña de cinco años a la que pusieron en un avión en La Habana y recogieron en Miami unos parientes. «Me acuerdo perfectamente de cómo iba vestida y todo», dice ahora, después de casi sesenta años. Son los que se han cumplido de la Revolución cubana -el 1 de enero de 1959 fue cuando entró Fidel Castro en la capital y se proclamó el nuevo régimen-. Pero no fue hasta un par de años después cuando, ante el cambio económico y social ya efectivo y el rumor de que los revolucionarios iban a mandar a los hijos de las clases altas a la URSS a aprender a ser ciudadanos nuevos, que la madre de Pradera la metió en el avión. En teoría, para un viaje a visitar a la familia. No volvió más.

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