Welser-Möst y el más singular Concierto de Año Nuevo en Viena
Reportaje ·
El programa oficial está compuesto por obras inéditas en las 83 anteriores ediciones con una sola excepciónPara su tercer Concierto de Año Nuevo, Franz Welser-Möst ha decidido innovar. No con el tipo de música, que eso no lo contempla nadie en su sano juicio, sino en el repertorio. Y lo ha hecho de forma radical, prescindiendo de los más famosos temas que suenan tantas veces en la Sala Dorada del Musikverein de Viena en la mañana perezosa y ligeramente envuelta en la bruma (alcohólica o meteorológica, o ambas) del día de Año Nuevo. Nada del 'Vals del Emperador', 'Sangre vienesa', 'Cuentos de los bosques de Viena', 'Música de las esferas' o 'Annen Polka'. Catorce de los quince títulos que componen el programa oficial serán interpretados por primera vez en este concierto desde su creación en 1941. Solo el 'Vals de las Acuarelas', que cerrará el programa oficial, no es inédito. Y aún hay otro aspecto singular: únicamente dos de esos títulos están firmados por Johann Strauss hijo y ninguno por el fundador de la saga. En realidad, Welser-Möst ha diseñado un homenaje a Josef, del que el autor de 'El bello Danubio azul' dijo que era el músico más talentoso de la familia. «Pero yo soy el más popular», añadió.
Una popularidad que alcanza un poco de refilón al propio director austriaco, sobre todo si se compara con la de quienes le han precedido en ese podio. Porque si bien es cierto que Welser-Möst fue el responsable musical de la Ópera de Viena entre 2010 y 2014, su carrera ha transcurrido en su mayor parte entre EE UU y Reino Unido. Al otro lado del Canal de La Mancha no dejó un gran recuerdo: la crítica lo despellejó desde su llegada con el apelativo de 'Frankly Worse than Most' (Francamente Peor que la Mayoría) y a los aficionados su etapa de seis años al frente de la Filarmónica de Londres se les hizo larga. En EE UU dirige mucho, pero como titular apenas ha pasado de la Orquesta de Cleveland, que aunque es una de las 'big five' lleva años por detrás en calidad de Boston, Chicago, Filadelfia y Nueva York. Con todo, no cabe duda de que es un buen director cuando los postrománticos están en los atriles.
Los dos primeros conciertos de Welser-Möst en Año Nuevo fueron en 2011 y 2013. La crítica calificó ambas actuaciones de correctas... y aburridas. El director, con su porte aristocrático, parecía no entender bien el carácter ligero del acontecimiento, que es la fiesta cultural con más seguidores de cuantas tienen lugar de forma regular en el mundo.
También actuará por vez primera en este acontecimiento el Coro de las Niñas Cantoras de Viena
Apuestas y novedades
Los cerca de cien millones de espectadores y oyentes que se esperan este año, como todos, podrán valorar el carácter de su opción por unos valses que seguramente casi nadie conoce. En una entrevista reciente, el director ha comentado que hace cinco años compró «por interés y por pura curiosidad» las partituras impresas disponibles de Josef Lanner y Josef Strauss. Cuando fue elegido para dirigir esta función tuvo «mucho tiempo para buscar entre las partituras debido a la pandemia». «Descubrí muchas piezas maravillosas que la Filarmónica no había tocado nunca». Con ellas ha montado un programa con el que dar «un motivo de esperanza, incluso en tiempos oscuros».
La apuesta por los títulos no conocidos tiene su riesgo, porque el público que asiste -en directo o a través de la TV- disfruta más cuando se identifica con una música que conoce. No hay más que ver las palmas de la 'Marcha Radetzky'. En cambio, camina sobre seguro al incluir, también por primera vez, al Coro de las Niñas Cantoras de Viena (actuarán con los Niños). Un homenaje merecido, como el que hará la TV austriaca, que en el intermedio emitirá un reportaje sobre la Exposición Universal de Viena, de la que se cumplirán 150 años en 2023.