Tiempo de pendencias
En un escaso margen de tiempo han estallado varias pendencias entre intelectuales. La más sonada: la de Luis García Montero (director del Cervantes) contra Santiago ... Muñoz Machado (director de la RAE). El primero dudó de la idoneidad para el cargo del segundo. Le parece que un hombre que tiene fuertes vínculos empresariales no pinta nada en una institución que «limpia, fija y da esplendor» al español. La Academia en pleno se ha puesto como una moto y ha mandado una dura nota oficial al poeta\director. No sé qué pensar de una polémica ideológica que toca de refilón aspectos literarios. Tiene difícil solución.
Otra pendencia ha estallado entre los escritores catalanes Eva Piquer y Bernat Dedeu. Este escribió que, tras quedarse viuda de un importante periodista, Eva se dedicaría a explotar su duelo. Ella se ha quejado en entrevistas de que su «difamador» siga colaborando en los medios informativos. Mal rollo, tocar la vida personal de un autor, por más personaje público que sea, resulta bastante grosero. Parece que la explicación vendría de la consideración que Dedeu tiene como 'enfant terrible'. Solución por parte de él: pedir disculpas. Por parte de la que se considera injuriada: denuncia legal. A lo mejor así los periódicos reaccionan de otra manera.
El tercer rifirrafe es el más ligero, clásico y banal: pique entre escritores. El superventas Ildefonso Falcones se quejaba en una entrevista de no haber sido invitado oficialmente a la Feria de Guadalajara (México), justo por ser superventas. Carlos Zanón, escritor también, publicaba en 'La Vanguardia' una columna ironizando al máximo. Su tesis: no por vender muchos libros es uno mejor escritor. Respuesta airada de Falcones en el mismo diario. Aquí lo que no entiendo es por qué razón quiere ir Falcones a Guadalajara. A mí me invitaron y decliné al saber las condiciones: máxima estancia de tres días en el lugar, cruzar el charco en clase turista y ningún tipo de remuneración. Respondí que ya tengo una cierta edad y un viaje con semejante tute podía acabar conmigo. Lo comprendieron. Solución para Zanón: a lo hecho, pecho. ¿Para Falcones?: no responder.
Creo que esa es la mejor opción cuando alguien publica algo, bueno o malo, sobre ti: no responder. De ese modo, la gente sigue con indiferencia el halago o la agresión, que es lo que suele pasar hasta con polémica incluida. ¡Asistimos a tantas en estos tiempos!
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