Seducir de un vistazo
La cartelería de trenes promociona el transporte, el turismo, el consumo, el nivel de vida y las ideologías
Luisa Idoiate
Viernes, 26 de septiembre 2025, 23:52
Los avances tecnológicos y científicos del siglo XIX ponen en el mercado productos y servicios que mejoran la salud, la comunicación, el transporte, el trabajo ... y el ocio. Una oferta tentadora para una clientela potencial de millones de personas. Para seducirlas, los empresarios se alían con quienes mejor lo hacen: los artistas. Utilizan el cartel, un medio económico y efectivo. Un mensaje gráfico que cautiva de un vistazo, sin reflexión. Flexible, polivalente y adaptable a cualquier objetivo. Tanto que la imagen del tren promociona por igual el ferrocarril, el turismo, el comunismo, los productos de consumo y el nivel de vida.
Con una mujer sensual de cabello suelto, Alphonse Mucha anuncia la línea férrea 'Monaco-Monte-Carlo' (1897). Pero lo habitual en la época es que el afiche ofrezca viajar a precio asequible, con los lugares del recorrido como incentivo, como 'Ferrocarril de la Riviera, St Tropez' (1890), de Raphael Grasse. Los pósteres recrean ciudades, aconsejan visitas y celebraciones. Arengan a conocer Londres, con los desfiles de la Guardia Real como reclamo. Lo hacen 'Ferrocarril del Estado y de Brighton. De Paris a Londres por Rouen, Dieppe & Newhaven' (h 1900), de Maurice Toussaint; y 'Visite Londres, viaje en tren' (1953), de Gordon Nicoll.
Con los años el ferrocarril mejora. Y el cartel lo cuenta. Inicialmente destaca el esmerado servicio al cliente, con escenas costumbristas como 'Trenes de París a Londres' (1899), de Jules Alexandre Gruen, donde el revisor atiende a una viajera escoltado por maleteros. Cuarenta años después, el dibujante Peter Ewart alaba la seguridad, el confort y la economía en 'CP Railroad Travel by Canadian Pacific' (1942), al mismo tiempo que Ray Prohaska oferta la exclusividad de '20th Century Limited, NY To Chicago' (1941). Lo hace en estilo art decó, con una pareja elegante y sofisticada que se encamina al tren sobre la alfombra roja, sinónimo de glamur implantado por el empresario Sid Grauman en el Teatro Egipcio de Los Ángeles en el estreno de 'Robin Hood' en 1922.
La velocidad es una baza publicitaria recurrente. La aprovecha 'Transporte en tren de París a Londres, finales del siglo XIX', de E. Nerme, que anuncia entrega de flores, frutas y productos perecederos en un día. La usa la máquina de escribir 'Hispano Olivetti. La rapidísima' (1923), de A. Bresciani, que se dice tan veloz como el tren que avanza en el anuncio. También lo hace la cartela de propaganda soviética '¡Adelante hacia una gran meta!' (1959), simbolizando la creciente amistad de la URSS y China, cuyos obreros aparecen sonrientes, abrazados y con banderas en el frontal de una locomotora roja.
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