Pablo Guerrero
Pablo Guerrero (1946–2025) ha sido un músico que define el mejor tiempo de la expresión cantada de la poesía, canto que alentó la venida ... de la democracia y la libertad. Pero no era tan sólo eso. Su música era música enraizada en lo popular y su poesía era poesía dispuesta para entender los grandes problemas de la sociedad de su tiempo, de las aspiraciones el corazón y de la belleza de la Naturaleza. Los cantautores fueron durante los decenios de 1960 y 1970, incluso un tiempo posterior, la voz de las verdades elementales, cuya expresión se armonizaba de cierta dulzura, para alivio de la realidad, dura, espesa y oscura del franquismo.
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Todas sus canciones, en su mayoría con textos de propia creación, cuentan con versos exigentes a la altura de la riqueza de su música, inspirada en la tradición, el folklore americano de los Dylan y compañía, la canción francesa después de Brassens y el eco de las mejores melodías de la Nova Canço, el Ez dok amairu y el flamenco, en cuyas aguas bebió Pablo. Con todos los cantautores y cantautoras de la España sumergida que avistó Celaya, colaboró Pablo Guerrero, con quienes colaboró directamente, bien haciendo alguna voz, bien participando en conciertos corales y generalmente solidarios.
Pero había en Pablo algo que explica su personalidad relevante, y es su capacidad para conectar con el sentir popular. Así, algunas de sus canciones se convirtieron en himnos, como es el caso de 'A cántaros', o 'Extremadura', pero también en otras canciones, como 'Pepe Rodríguez', en la que Guerrero aplica todo su sentido del humor para retratar al pijo del momento, con ciertos aires de modernidad.
Recientemente, Pablo nos recordaba la emoción que suponía que se contase la historia del maestro de la II República fusilado en Bureba de Burgos por sus ideas progresivas y laicas. En realidad Guerrero se refería a dos tipos de emoción: una, la que supone que un maestro de primera enseñanza, como él, que ejerció de maestro Escuela, y, la segunda, que aquel mismo maestro del litoral de Tarragona había preparado un viaje con sus alumnos al litoral, para ver y conocer el mar. Con Pablo Guerrero, muchos españoles que no conocían el mar, y que tampoco llegarían a conocerlo, soñaron con ese viaje a la contemplación de la inmensidad oceánica.
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La muerte de Guerrero ha llenado los corazones de tristeza y cierta melancolía al recordar los tiempos en que la aspiración de la libertad y la democracia fue asunto común, fundamentalmente de la juventud, cuyos valores representaban los cantautores como Pablo. Cuando enfermó entregó sus guitarras a Luis Mendo, fiel amigo. A los demás, nos dejó su poesía y sus canciones.
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