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Lecturas

Canalla, pero indispensable

Centenario ·

Periodista, novelista, poeta, cineasta, agitador, machista y alcohólico, Norman Mailer publicó algunos de los mejores libros y reportajes sobre la vida en EE UU en la segunda mitad del siglo XX

Sábado, 28 de enero 2023, 00:09

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El próximo martes, se cumplirán cien años del nacimiento de un hombre excesivo y violento, un canalla desmesurado, un machista acérrimo y mujeriego contumaz, un alcohólico incontrolado, un maltratador de libro que apuñaló a su segunda esposa, un crítico acerado del feminismo y enemigo de los anticonceptivos, un triunfador que experimentó sexualmente con hombres y mujeres en orgías organizadas, un camorrista que se enfrentó intelectual y físicamente con sus compañeros de profesión (Gore Vidal, William Styron, etc.), que hizo apología del boxeo y la pena de muerte y, en definitiva, convirtió su vida en un ejemplo del exceso y la teatralidad permanentes. Su nombre: Norman Mailer.

Fue periodista, dramaturgo, ensayista, novelista, poeta y cineasta, seguidor de los pasos del linaje de Ernest Hemingway y Jack London, activista político, aspirante a la alcaldía de Nueva York en 1969, director de películas experimentales como 'Maidstone' (1970), actor en filmes como 'Ragtime' (1981) de Milos Forman o 'Cremaster 2' (1999), y poseedor de un ego que lo convirtió, tanto a él como a su escritura, en la forja y la llama de la fragua. Encarnación de los atributos que años después representaría la contracultura, este aficionado al jazz y firme opositor a la guerra de Vietnam, dispersó y propaló un pensamiento y una escritura que no reparó ni en Dios, ni en el Diablo, ni en los hombres.

Nacido en seno de una familia de inmigrantes judíos en Long Branch (Nueva Jersey) (1923), creció en Brooklyn, se licenció en Harvard en Mecánica Aeronáutica (1943), estuvo en el frente del Pacífico después de ser reclutado en 1944. Fue ateo y marxista, a su manera, siempre alejado de la izquierda estadounidense. De su experiencia bélica nació uno de los mejores libros sobre la Segunda Guerra Mundial y probablemente su mejor novela, 'Los desnudos y los muertos' (1948). El gran éxito de esta obra catapultó a su autor a la galaxia de vanguardia de los nuevos escritores estadounidenses, a diferencia de las dos siguientes ('Costa bárbara', 1951) y 'El parque de los ciervos' (1955) que pasaron sin pena ni gloria.

Nació el 31 de enero de 1923 en New Jersey, en el seno de una familia de inmigrantes judíos

El valor artístico y social de la obra de Mailer asomaba sin tapujos su personalidad histriónica y provocadora, no carente de razones y argumentos, que lo vinculan claramente con el hecho de ser producto y víctima de unas circunstancias históricas muy concretas, los años estáticos y reaccionarios de la posguerra en EE UU y de la religión estatal del anticomunismo plasmado en la caza de brujas que desquició al país. Tras estas obras se volcó en el periodismo y fundó el semanario neoyorquino 'La Voz del Pueblo', donde publicó en 1956 su célebre ensayo 'El negro blanco' (1958), en el que reflejaba su peculiar visión de los problemas raciales.

El mejor periodista

Las crónicas sobre el terreno de las convenciones demócratas y republicanas de 1960 y 1964, y en menor medida las realizadas posteriormente hasta 1996, recogidas parcialmente en 'Crónicas presidenciales' fueron muy divulgadas y, junto con el reportaje sobre la marcha pacifista al Pentágono en protesta por la Guerra de Vietnam ('Los ejércitos de la noche', 1968, Premio Nacional del Libro y primer Pulitzer), le convirtieron en «el mejor periodista de América», según Robert Lowell, y en paradigma de la defensa de la Administración Kennedy y de la crítica inmisericorde a los demás presidentes estadounidenses.

A esaas alturas ya era el personaje más agresivo, bocazas y provocador de la intelectualidad estadounidense, paradigma de la contracultura y del desprecio a las mujeres que veremos plasmado en dos de sus mejores novelas ('Un sueño americano', 1964, y 'Los tipos duros no bailan', 1984). En ellas se reflejan ensueños sobre esposas asesinadas, a la par que plasman y recogen su peculiar visión del existencialismo y sus ideas más profundas, tal y como ocurrirá después en 'Caníbales y cristianos' (1966) y otras obras.

Son los años en los que destacó y brilló como uno de los artífices del denominado Nuevo Periodismo, junto a Truman Capote, publicando gran parte de sus más polémicos y militantes artículos. Periodismo que cuestionaba las verdades adquiridas (narrativas, periodísticas o políticas) e incidía en las contradicciones y miserias de la época convulsa en la que se desarrolló. Mailer combinó como nadie ficción y técnicas periodísticas, aunque su desembarco en el periodismo estuvo marcado por su vocación como novelista.

Eterno candidato al Premio Nobel, 'conservador de izquierdas' y agitador de conciencias, dejó un legado de 39 libros, entre los que destacar 'La canción del verdugo' (1979), con el que ganó su segundo Pulitzer, diez novelas más, artículos, biografías, ensayos, obras de teatro, películas e innumerables participaciones públicas. A pesar de sus características personales y como nunca se deben identificar estas con la obra de cualquier creador, Mailer fue un pensador creativo, comprometido y crítico con el totalitarismo del poder en los EE UU del siglo XX. Observador diligente, su obra es clave para comprender la sociedad, la política, la mitología y la cultura estadounidenses. Literatura y ciencia social, novela y reportaje, periodismo y literatura, etc. se funden en la magnífica producción literaria de un 'canalla indispensable' de la literatura contemporánea estadounidense, al estilo, aunque salvando las distancias, de 'malditos' como Henry Miller, William Burroughs o Charles Bukowski.

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