Talentos. Compuso casi 400 canciones además de crear obras de arte, poemarios y películas. Toni Garriga/EFE
Lecturas

Aute sigue mirando al horizonte desde el malecón

En el quinto aniversario de su muerte, dos biografías repasan el legado de un artista «total» e «infinito» que tuvo que vencer su miedo a los escenarios

Sábado, 20 de septiembre 2025, 00:00

El niño que miraba el mar' es, casualmente, el título del primer capítulo de los dos libros que se han publicado este año sobre la ... vida, obra y milagros de Luis Eduardo Aute. La frase tiene que ver con la fotografía que le sacó su padre, Gumersindo Aute Junquera, a aquel niño de dos años que miraba al horizonte desde el malecón de Manila. Luis Eduardo vino al mundo en la capital de Filipinas tras aquellos años en que la ciudad había sido devastada por los japoneses para ceder después al asedio estadounidense. Y esa imagen se asocia a otra tomada unos 60 años después por la hija de ese niño en otro malecón, el de La Habana, una ciudad muy querida por el cantautor, pintor y cineasta; la foto de la infancia y la de madurez se unieron en una sola en la portada de su último disco de estudio, titulado, cómo no, 'El niño que miraba el mar' (2012).

Publicidad

En el quinto aniversario de su fallecimiento han coincidido dos biografías: 'Luis Eduardo Aute. Me va la vida en ello. Vida y obra de un artista total' (Plaza & Janés) de Miguel Fernández, y 'Aute infinito' (Alianza Editorial) de Luis García Gil. Ambos autores tienen una larga trayectoria como biógrafos. Y si es verdad que los dos libros se inician con la imagen del protagonista en su infancia filipina, cada uno discurre por sus propios senderos, para cruzarse en ocasiones. Al recordar los inicios de Aute en la pintura, una vez asentado en Madrid (había llegado a España con 11 años), Fernández cuenta que un catedrático de la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, a quien se había encomendado la formación del futuro artista, tras comprobar su estilo propio y sus maneras le dijo a la madre de Luis Eduardo: «lo único que puedo hacer yo es estropearle. Haga el favor de llevárselo, este niño es una joya». Al futuro pintor, al que le gustaba robar libros de arte, se le cruza también el cine; de hecho, pudo ver en su adolescencia a Frank Sinatra y Ava Gardner en la terraza de su casa, agarrados de la mano. Pero esa es otra película.

Luis Eduardo llega a la música al ralentí; primero y brevemente en Los Sonor y después de la mili, en 1965, como compositor para RCA animado por el productor Juan Carlos Calderón. Algunas de sus primeras canciones son grabadas por Massiel, Mari Trini o Rosa León… y se convierten en éxitos. Será la propia Massiel, que puso voz a 'Rosas en el mar', quien le convenza para que grabe sus propias canciones; por entonces Aute está más cómodo con el pincel. Dice García Gil que 'Rosas en mar' es una especie de 'Blowin'in the wind' en castellano «con la que intenta romper con las músicas que sonaban habitualmente en las radios».Dylan es para Aute «una figura clave al representar el tipo de canción que concede valor a la palabra y cuyo surrealismo le termina inspirando». Y surrealismo es una palabra que aparece a menudo cuando los críticos valoran los cuadros del cantautor.

Ambos biógrafos se fijan en el impacto de 'Aleluya nº 1' en países hispanoamericanos y en otros como Japón, Francia, Canadá, Holanda o Checoslovaquia en 1967. Aquel año publica su primer álbum, que tendrá continuidad con '24 canciones breves'. En 1968 se casa con el amor de su vida, Maritchu Rosado, y habrá que esperar cinco años más para el tercer elepé.

Publicidad

Aute compone para otros, pero no ve claro lo de subirse a un escenario. Destaca García Gil que compuso su primer aleluya 17 años antes de que Leonard Cohen grabara 'Hallellujah', palabra que gustaba a Aute «fonéticamente, además de por su significado». Ambos artistas coincidieron el 9 de mayo de 1988 en Madrid y el público del Palacio de los Deportes de Madrid le hizo de menos porque querían ver al canadiense. 25 años más tarde Aute dice que Cohen le parece «monótono como músico. Me interesa por su interés por la iconografía religiosa, el erotismo, la religión».

Otra canción sobre la que se explayan ambos biógrafos es 'Al alba'. Según explica Miguel Fernández, fue el poeta y productor José Manuel Caballero Bonald quien al escuchar las canciones de Aute que iba a grabar Rosa León, le insistió: «Esta tienes que grabarla tú»; y el cantante dijo: «vale, grabo y punto, hago unas entrevistas, pero nada de conciertos». García Gil, por su parte, recuerda que la canción es anterior a los últimos fusilamientos de la dictadura franquista: «El propio Aute ya la cantó en los estudios de Radio Nacional de España antes de que todo aquello ocurriese». Fue Rosa León, que había grabado 'Las cuatro y diez' como single en 1972 y todo su álbum de debut con canciones de Aute en 1973, quien haría suya la canción y quien establecería la conexión con los fusilamientos cuando la tocaba en directo. Miguel Fernández recoge el testimonio de Bernardo Fuster, confundador de Suburbano y habitual durante años de la banda de Aute. Cuenta que la tocó con él «miles de veces, pero la más emocionante fue cuando se celebró el 40º aniversario de los fusilamientos. Allí estaban muchos familiares y amigos de los fusilados. Salió sin guitarra, la interpretó entera a capella y la gente lloraba».

Publicidad

Pero, a pesar de todo, Aute sufre su batalla personal contra el escenario; Miguel Fernández recuerda «el ataque de nervios que le suponía cantar ante el público» y los ronchones en la cara como resultado. 1978 será el año del gran salto: los conciertos se multiplican y el público se entrega a la liturgia. Aquel verano viaja por primera vez a La Habana, otra ciudad con malecón y con fuerte carga emocional.

Tras su paso por RCA y Ariola y canciones tan populares ahora como 'De alguna manera', 'Anda', 'Los fantasmas', 'Adiós, Inés de Ulloa', 'Albanta', 'Anda suelto Satanás', 'De paso', 'Queda la música' o 'A por el mar', el artista madrileño cambia de década en Movieplay. El primer álbum de la nueva etapa, 'Alma', sale en otoño de 1980, con momentos tan brillantes como 'No te desnudes todavía' o 'Pasaba por aquí', seguida de 'Mira que eres canalla' o 'Siento que te estoy perdiendo'. El desencuentro final llega con un disco novedoso: un directo donde el protagonista invita a grandes amigos, una fórmula copiada y repetida desde entonces. De Cuba se trae a Silvio Rodríguez y a Pablo Milanés, a los que se suman Joan Manuel Serrat y Teddy Bautista. La compañía retira del proyecto al productor Gonzalo García-Pelayo, quien afirma haber sido sustituido por un mercenario y que «lo único que consiguieron es publicar el álbum peor producido» de la carrera de Aute. Movieplay «lo hizo todo un poco cutre, les pedimos una mesa de 24 canales y nos ofrecieron una de 16, solo por ahorrarse 10.000 pesetas». Es un testimonio que recoge Miguel Fernández en su biografía; también García Gil se fija en el desastre sonoro que supuso 'Entre amigos', para añadir que «queda en la música popular de nuestro país como uno de los mejores discos que se ha grabado en directo», a la altura de trabajos de Serrat, Miguel Ríos, Sabina con Viceversa o Loquillo y Trogloditas.

Publicidad

Exposición de Aute en 2008 en el Museo Nacional de Cuba, país que le concedió una distinción cultural. AFP
En 2009 su obra se expuso en la Academia de España en Roma. EFE
En 1972 con Massiel, a quien le unía una gran amistad. EFE
Fotograma de la película experimental 'Un perro llamado dolor' de Luis Eduardo Aute. EFE

1 /

'Mano a mano' con Silvio

El disco supone también la salida de Aute de esta compañía para regresar a Ariola; así llegan 'Cine, cine', 'Una de dos' o 'Polvo enamorado', entre otras. Y el cantautor pone de nuevo sobre la mesa sus fuentes exteriores: 'Jacques', dedicada a Jacques Brel, que mucho después recreará Quique González; 'Mano a mano' junto a Silvio, un directo que reúne a 10.000 almas en la plaza de toros de Las Ventas, que despacha 200.000 ejemplares y que servirá para reunir fondos para montar el primer estudio de grabación de Cuba desde la revolución de 1959; o 'Dear Peter', un homenaje a Peter Gabriel y a su canción 'Don't give up' (no te rindas), junto a Kate Bush, que llegó al cantautor cuando atravesaba una fase anímica complicada. Dice García Gil que «le sorprendió que un triunfador como Gabriel escribiera algo así». También graba 'Cinco minutos', dedicada a Katy Jurado, actriz a la que conoció brevemente en una fiesta en México en 1998. Era la protagonista femenina de 'Pat Garret y Billy the Kid' de Sam Peckinpah; pero esa es otra película.

Con casi 400 canciones firmadas, múltiples exposiciones de pintura, poemarios, esculturas, películas y documentales, Aute es «un artista total», como titula Miguel Fernández su libro. Y aún llega más lejos 'Aute infinito', título del texto de Luis García Gil. El soñador Buzz Lightyear añadiría «¡hasta el infinito y más allá!», mientras Luis Eduardo, el niño que miraba el mar, sonríe en silencio.

Publicidad

«El 15-M le devolvió la ilusión por la política»

Aute ha sido acogido y reivindicado por los músicos más jóvenes con versiones o discos y conciertos de homenaje. Requerido, a menudo, para causas sociales y políticas que nunca ha esquivado (contra la OTAN, la guerra del Golfo, África, Gaza…) unas entrevistas inéditas realizadas en 2015 por Teddy Bautista y recuperadas por Miguel Fernández dibujan un perfil reposado y satírico desde una izquierda crítica; Aute cree que aún se mantiene el franquismo sociológico, «si no, no tiene sentido que el PP esté en el poder. Todos podían haber sido perfectamente ministros con Franco, perfectamente. Y algunos del Partido Socialista, también; unos cuantos».

Añade más adelante: «hay que responder al sentido común, yo me declaro sentidocomunista». Miguel Munárriz, poeta, editor y amigo, afirma que «el 15M le había devuelto la ilusión en la política». Aute siguió grabando y actuando, hasta que un infarto al regresar de Huelva en agosto de 2016 -el artista se siente mal, pero no le da importancia hasta llegar a Madrid- le deja graves secuelas que le alejan de los escenarios y los estudios. Miguel Fernández ofrece un relato pormenorizado de esos momentos.

Aute fallece el 4 de abril de 2020, en plena pandemia; el biógrafo recuerda que la etiqueta sobre su muerte fue trending topic mundial en Twitter y que aquel día «809 personas pierden la vida a causa de la Covid». El relato de las dificultades familiares para el funeral en aquellos trágicos días resulta escalofriante.

Por su parte Luis García Gil rememora el concierto homenaje en el WiZink Center de Madrid en diciembre de 2018: Silvio, Sabina, José Mercé, Rosa León, Rozalén, Víctor Manuel, Jorge Drexler, Ismael Serrano, Ana Belén, Miguel Poveda… allí están todos recreando sus canciones mientras Aute reposa en casa.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad