Crespón
Las crónicas cubanas de estos días han incluido un elemento invariable: el 'crespón negro' prendido de las banderas con motivo de la muerte de Fidel Castro
José María Romera
Viernes, 2 de diciembre 2016, 16:31
Las crónicas cubanas de estos días han incluido un elemento invariable: el 'crespón negro' prendido de las banderas con motivo de la muerte de Fidel Castro. Del sustantivo 'crespón' no queda otro uso que este: el de un trozo de tela negra empleado como señal de luto. Sobra, pues, el adjetivo 'negro'. Es cierto que en el origen de la palabra no hay marca alguna de negrura. Crespón viene del adjetivo latino 'crispus', que significa 'rizado'. De ahí salen 'crespo' 'rizado' (aplicado especialmente al pelo) pero también 'retorcido', 'artificioso' e 'irritado, alterado', 'encrespar', 'crispación' o el colombianismo 'crispetas' (nombre que se da a las palomitas de maíz, por el rizado que adquieren cuando son sometidas al calor). En principio el crespón fue una variedad de tela de cualquier color caracterizada por el rizado de los hilos y por la ondulación de la superficie, significado que aún conserva en el lenguaje textil. Dado que los primeros trozos de tela o cintas negras usadas en señal de luto correspondían a esta clase de tejido, pronto recibieron el nombre de 'crespón' por efecto del habitual desplazamiento metonímico de la materia al objeto. No hay variedad cromática posible en los crespones que cuelgan de las banderas. Pero el habla y la escritura se resisten a salvar la redundancia prescindiendo del adjetivo, como si decir simplemente 'crespón' dejara las cosas a medias o redujera la intensidad del dolor, del respeto o del homenaje. Seguiremos leyendo no 'crespón' a secas sino 'crespón negro': así de terco es el idioma.