Anabel Alonso aparca su vis cómica para sufrir en el Arriaga como 'La mujer rota' de Beauvoir: «Ha vivido para todos menos para ella»
La obra, un monólogo dirigido por Heidi Steinhardt, llegará al teatro bilbaíno el 1 y 2 de octubre para su estreno absoluto
Bien conocida por sus papeles cómicos, Anabel Alonso (Barakaldo, 1964) aparca de momento esta faceta para dar vida a 'La mujer rota', de Simone de ... Beauvoir, «personaje cargado de conflicto y emoción, que lo ha entregado todo y ha perdido el vínculo con su propia identidad.Alguien que ha vivido para todos menos para ella», según la directora, dramaturga y actriz Heidi Steinhardt (Buenos Aires, 1977). La obra se estrenará en Bilbao, en el Arriaga, el 1 y 2 de octubre, antes de viajar a Vitoria y Madrid. «Un clásico del feminismo en los 60 que sigue de actualidad con mujer como protagonista pero que aborda temas que trascienden el género», advierte la directora. La obra se centra en uno de los tres relatos que integran 'La mujer rota', 'Monólogo', el único escrito en formato teatral.
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Steinhardt, esposa de Alonso –con la que comparte un hijo de 5 años–, explica que la protagonista «atraviesa una noche en la que está rumiando todo el tiempo, muy conectada con su dolor, con su furia. A partir de unas pérdidas radicales que marcan un punto de inflexión en su vida. O no vida. Está encerrada en una especie de autoexilio y tiene intenciones de reconquistar antiguos amores, pero lo que le llega de fuera es el silencio, la nada. No hay respuesta satisfactoria frente a esa necesidad. Pero lo que se propone al principio en la obra, mujer que pierde un amor e intenta reconquistarlo, se transforma en algo duro, con un dolor visceral y radical. Y empezamos a entender por qué esa mujer está en ese estado de ira sin filtro, diciendo cualquier cosa que se le ocurra, lo cual por momentos es gracioso. Pero habitando su propia tragedia todo el tiempo».
No existe constancia de que esta pieza teatral se haya representado alguna vez, advirtieron ayer en la presentación de la obra. El proceso de obtención de derechos ha sido complejo y no se permiten cambios al texto al margen de algunas adaptaciones para hacer «menos parisina la trama», explica la directora. «Es el material más difícil que he dirigido», reconoce. Un texto que en el original va sin signos de puntuación, «aunque haya que ponerlos para que la actriz no se quede sin respiración, pero es interesante porque acentúa su verborrea sin fin».
El 'Monólogo es el que ha debido interiorizar Anabel Alonso, quien reconoce haber sufrido bastante: «Hay una parte que llamamos el limbo, cuando ella entra en unos terrenos más profundos de su dolor. Pero a mí me resulta más complicado todo lo anterior; esa tormenta de pensamientos desordenados, caóticos, que van y vienen entre la rabia, la furia. Toda esa parte de la verborrea, y es una gran parte de la función, me resulta muy complicado. Tienes que mantener mucho la energía, la atención, para que el público no se pierda en la maraña de palabras. Ha sido un reto tremendo, un ritmo trepidante, verbal, físico y emocional. Un 'crossfit' interpretativo».
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«Crossfit interpretativo»
En base a su experiencia, Alonso afirma que hacer llorar es más fácil que hacer reír: «Incluso como espectadora, me cuesta menos llorar. Yo veo a un perrito mojado en una carretera y ya lloro. Y es un hecho que en los premios no está tan valorado hacer reír. Pero aquí vamos a tener drama. Vamos a tener a esa mujer sola en Nochevieja, en su casa, mientras oye la algarabía de fondo...».
La idea de escoger 'La mujer rota' fue de Steinhardt: «A los 18 años la leí por primera vez, conozco mucho la obra de Beauvoir y siempre me ha atraído. Y cuando leí ese texto pro primera vez dije que algún día querría hacerlo, cuando ni siquiera pensaba en dirigir. Es un desafío en el que no cualquiera se atrevería a meterse». No es la primera vez que Steinhardt dir ige a la que hoy es su mujer: «Nos conocimos trabajando y hemos coincidido en tres proyectos –recuerda Alonso–. Ella vino en 2012 a dirigir 'Lastres', ahí nos conocimos y de esa admiración surgió el amor».
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La maternidad ha acercado a Anabel Alonso a la protagonista de esta obra, una mujer que se ha dedicado «a cuidar de todos menos de ella misma». «Yo he sido cuidadora como hija única de mis padres, que murieron mayores, y me volví madre de mis padres. Siempre se nos decía que las mujeres son las que cuidan a los padres, a los hijos, la pareja... Pero resulta que Muriel, la protagonista, ha sido madre de dos hijos y ahora no tiene a ninguno, por cuestiones que no voy a destripar. Y desde mi experiencia artística me puedo poner en el pellejo de una asesina o lo que sea, pero ser madre te da muchos más agarraderos para poder acercarte e imaginar lo que tiene que ser no estar con tu hijo».
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