«En la novela negra española se toca muy poco la corrupción»
Alicia Giménez Bartlett abre las jornadas de los premios Ignacio Aldecoa donde presenta 'La presidenta'. «Cambiar de escenarios me ha dado energía»
Alicia Giménez Bartlett (Almansa 1951) abre el ciclo de presentaciones y mesas redondas que con motivo del 50 aniversario de los premios Ignacio Alñdecoa organiza ... la Casa de Cultura de La Florida esta semana. La brillante creadora de ese hallazgo que es Petra Delicado, aunque lo de brillante se le podría aplicar por haber ganado los premios Nadal y Planeta y publicar ensayos de amplio éxito, hablará de su último libro, 'La presidenta', en el que cambia de pareja de baile para apostar por un dúo de mujeres policías como protagonistas, las jóvenes Berta y Marta Miralles. En la conversación con la autora, se hace patente que le apetecía ese 'adulterio' y descargar de trascendencia a sus personajes principales. También se trasluce que Alicia Giménez Bartlett gasta el mismo humor, ironía o retranca que algunos de sus 'hijos'.
«Es verdad que el cambio me ha dado mucha energía y lo he pasado bien. El cómputo general es de diversión», dice de 'La presidenta', una trama ambientada en la corrupción de Valencia en torno a un personaje, Vita Castellá, con evidentes paralelismos a otra jefa autonómica fallecida de improviso. Sólo que en el libro se trata de un envenenamiento. «Aunque 'diversión' igual no es la palabra adecuada cuando hablamos de la corrupción del PP en Valencia en esos años. Fue una época horrible en la que la comunidad y todos los ciudadanos quedaron desprestigiados. Al escribirlo te das cuenta de la cantidad de gente que había implicada, la cantidad de dinero que se desvió y las tropelías que se cometieron. Ahí no me he divertido nada, en el caso de las inspectoras, de meterme en la piel de dos chicas de 30 años, sí».
- Esa corrupción es extensible a otros territorios en España...
- Pues sí, ya ves que aquí hay material para muchas novelas, por desgracia. Y además no caduca, porque van saliendo cosas del pasado y otras que suceden ahora. Es curioso porque en la literatura negra española la corrupción se toca muy poco y sin embargo nos volvemos locos por los libros de Grisham o la corrupción en el Pentágono. Se tendría que mirar un poco más cerca y ver que en España hay un problema. Un problema político serio, que es la corrupción casi casi institucional. Y no se queda ninguna clase social fuera. La nobleza, la realeza... menos el pueblo, que se corrompe poco a lo mejor porque tiene menos oportunidades. El panorama nacional es desolador, pero inspirador.
- O sea, que puede haber más novelas con Marta y Berta.
-Creo que sí. Además, algo me seducirán por ahí. Una ya tiene cierta edad, pero me siento con fuerza, me divierte escribir y no hago otra cosa. Por lo tanto, les vamos a dar algún golpecillo más a las hermanas Miralles a ver qué dicen.
Giménez Bartlett fue pionera al crear como protagonista de sus novelas a una mujer policía, Petra Delicado -'Ritos de muerte', 1996-. «Fue sin pretenderlo». Y que le recuerden esa originalidad le enciende el orgullo, pero sin pasarse. «Me dicen que soy una gran dama y les contesto que prefiero que ser una gran dama que una puñetera vieja», se ríe. Pero no es una coincidencia que estos cada papeles de mujeres fuertes y dueñas de sí mismas se vean cada vez más. «Claro que no. En España se ha avanzado muchísimo en poco tiempo. Piensa desde la muerte de Franco hasta aquí. Ha habido un avance contínuo. Y es irreversible. Lo que pasa es que a nada es perfecto, falta mucho. Eso también lo tengo claro».
- En las ferias de libros se suelen producir colas en la firma de sus libros. ¿Qué ve en los lectores?
-Que la gente es extraordinariamente amable. Que tiene muchísimas ganas de leer y de contactar y que les preocupa mucho la corrupción...
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