Ten Years After abrillantando su legado en el ciclo Music Legends
'Sold out' en la Sala BBK para atestiguar la vigencia del grupo inglés de blues-rock con más de medio siglo de historia y con dos fundadores en sus filas: Ric Lee y Chick Churchill
Entradas agotadas para ver el domingo en la Sala BBK, dentro del ciclo Music Legends, a Ten Years After, el cuarteto de blues-rock inoxidable formado en Nottingham en 1966 (de hecho el nombre de la banda, Diez Años Después, se refiere a que se fundó una década después de la explosión popular de Elvis Presley en 1956). Permanecen en la alineación dos vetustos fundadores: Chick Churchill (teclados, 76 años, camiseta horrible y actitud ausente, pero efectividad total en el acompañamiento y los solos) y el jefe de la empresa Ric Lee (batería, 77 años, melenita con coleta y flequillo tipo Vanesa Martín; ah, no es familia del legendario líder y guitarrista Alvin Lee, que finiquitó a TYA en 1974 y que murió en 2013 a los 68 años en Estepona, Málaga, donde residía). Dijo Ric Lee que él y Churchill llevan 60 años tocando juntos.
Les acompañan desde 2014 Colin Hodgkinson (bajo, 77 años, más que viejo vetusto, flaco y frágil, bonita camisa llevaba este músico de estudio que ha tocado con Chris Rea, Whitesnake, Jon Lord, Paul Butterfield, The Spencer Davis Group...) y el benjamín, Marcus Bonfanti (guitarra y voz, 39 años, parecido al actor Ben Affleck, con barba y melena; el jefe de la banda le llamó al presentarlo Bon-Fabulous).
Los cuatro, engrasados y en forma, dieron lustre a un cancionero clásico que suena igual de bien, de moderno y actual, que sonaba hace 50 años. Tocaron 16 canciones en 101 minutos, con un solo de batería ('The hobbit'; «¿pero qué está pasando aquí?, ¡no tiene criterio este hombre!», protestó Óscar Cine), tres piezas acústicas que interpretaron sentados y de seguido (la hippie 'Portable People', el blues 'Don't Want You Woman' imitando a Big Bill Broonzy según explicó en la presentación Ric Lee, y las palmas pedidas en la roquera 'Losing the Dogs'), más una cancioncilla festiva y facilona buscando la interacción y los coros ('I say yeah', de 1970).
Todo lo demás voló alto, resultó correoso, hizo honor a la reputación que atesoran tantos de estos hits. El resto del repertorio abundó en el blues-rock aindiado (la primera, 'Land of the Vandals', perteneciente a su último álbum oficial, 'A Sting in the Tale', de 2017; la novena, 'I'm Coming On'; y la duodécima, su adaptación del blues de Sonny Boy Williamson 'Good Morning Little Schoolgirl'), recuperó el rock psicodélico dotado de una personalidad inimitable (el misterioso 'One of These Days', el incomparable 'I'd Love to Change the World' que suena en la banda sonora del fiasco de película aún en cines 'Ámsterdam', y el aún modernísimo 'I Can't Keep From Crying Sometimes'), marcó el boogie en paralelo a Status Quo ('Hear Me Calling', con menudo solo del desapegado Chick Churchill a los teclados, y a modo de bis un intercambiable entre ambos 'Choo Choo Mama'), facturó rock grande a lo Steve Wynwood ('Love Like a Man', de 1970, el single que escaló más alto en listas de TYA, aunque sólo fue Top 10 en Reino Unido), y alcanzó su pico en el último tema antes del bis, su famoso 'I'm Going Home'. Nueve minutos con Marcus Bonfabuloso irradiando con su Gibson SG roja a lo Angus Young cientos, miles de notas a velocidad de vértigo y colando fragmentos del 'Zapatos de gamuza azul' de Carl Perkins y del 'Perra de caza' de Elvis Presley, el ídolo no sólo del difunto Alvin Lee, ¿eh?
Así de bien estuvo la velada. Dijo Bonfanti que este era su último concierto del año (en realidad anunció que 'I'm Going Home' iba a ser su última canción del año, pero luego hubo bis, ya se ha escrito) y que esperan volver a España en 2024. Y apunten que las dos próximas citas del ciclo Music Legends serán las del rastafari Max Romeo (viernes 25) y del blusero Popa Chubby (domingo 27, él cerrará la serie este 2022).
