Springsteen y la habitación vacía
El próximo viernes 24 Springsteen lanzará una edición ampliada y las salas de cine acogen el estreno del biopic sobre el álbum
Elene Arandia
Lunes, 20 de octubre 2025, 07:08
El otoño firma un regreso a Nebraska. El sexto álbum de estudio de Bruce Sprinsteen reaparece 40 años después, y con él vuelve la certeza ... de que el camino más largo puede recorrerse en una habitación vacía, con una guitarra, una grabadora y ninguna banda detrás. El regreso no es solo simbólico. El día 24 se reedita en una edición ampliada, mientras los cines acogen el biopic 'Deliver Me From Nowhere', que explora su génesis. Todo coincide en otoño, el mismo clima emocional que inspiró a Springsteen cuando decidió bajar el volumen tras el éxito de 'The River' (1980) y su primera gran gira mundial.
Aquel triunfo dejó tras de sí una mezcla de soledad, desconfianza y vacío, y el comienzo de una depresión. El vértigo del reconocimiento lo empujó hacia adentro: volvió a sentirse más cerca de los márgenes de la sociedad estadounidense que de los escenarios, los mismos que reconocía en las carencias personales arrastradas desde su infancia. 'Nebraska' fue un camino hacia sus traumas.
En realidad, Springsteen nunca tuvo un vínculo biográfico con Nebraska. El título del álbum funciona como metáfora de un territorio interior, un paisaje mental que refleja su estado anímico. Gran parte del disco está anclada en su infancia y en los años 50: en los recuerdos de los silencios de un hogar obrero, las películas, los coches y los paisajes que marcaron su mirada del mundo. En aquella América de comienzos de los ochenta, bajo la presidencia de Ronald Reagan -quien había asumido el cargo en enero de 1981-, el país iniciaba un nuevo ciclo político que prometía optimismo y prosperidad. Pero 'Nebraska' miraba a otro lado. Era la otra cara de esa desilusión, la de una nación que había abandonado a sus trabajadores.
Desilusión y apostasía
Springsteen eligió mirar hacia los bordes oscuros del sueño americano donde este no llegaba, en una especie de desilusión o apostasía que se filtra en cada carretera vacía y personaje quebrado del disco. Los personajes de 'Nebraska' no proceden del Estados Unidos de Reagan, aunque ese contexto les diera refugio simbólico.
'Nebraska' no fue solo un cambio estilístico, sino una respuesta artística temprana al contexto reaganista. Mientras Washington prometía prosperidad, Springsteen retrataba una América invisible. El álbum se abre con la canción homónima, que marca el tono emocional. Inspirado en los asesinatos de Charles Starkweather en 1958 y en la película 'Badlands', despliega una galería de relatos con personajes rotos: el criminal sin remordimientos, el trabajador endeudado de 'Atlantic City', el policía dividido entre la ley y la sangre en 'Highway Patrolman', el fugitivo temeroso de 'State Trooper', o el hijo que regresa a una casa paterna convertida en sueño inalcanzable en 'My Father's House'. En 'Used Cars', en cambio, la mirada infantil sobre una familia obrera revela, con ternura y crudeza, la vergüenza de clase y el desencanto.
En todas esas voces se filtra la historia de un país, pero también la suya propia: la distancia entre la promesa y la realidad. Esa fractura sería la semilla de toda su obra posterior. El disco fue compuesto en dos meses y grabado en una simple cinta de casete, con una grabadora de cuatro pistas TEAC TASCAM 144 Portastudio, a solas en un dormitorio de una casa que alquiló en el embalse de Swimming River, en Colts Neck, Nueva Jersey. Solo su voz, un micrófono Shure SM57, su acústica Gibson J-200 y su armónica.
El disco está atravesado por el efecto de eco generado con un Echoplex, un delay analógico que aporta ese sonido característico y reverberante. El resultado fue un álbum sin batería, bajo ni arreglos, que rompió completamente con el sonido expansivo de los predecesores 'Born to Run', 'Darkness...', 'The River'.
Dos discos casi a la vez
El álbum fue aclamado con el paso del tiempo, aunque la crítica tardó en entenderlo. Medios y público, acostumbrados al rock potente de Springsteen, esperaban otra cosa y recibieron 'Nebraska' con sorpresa. Hubo quien lo tildó de deprimente o colección de maquetas más que de álbum acabado. Otros lo compararon con Bob Dylan o Johnny Cash, por la crudeza de su storytelling.
Paradójicamente, en esos mismos meses de aislamiento creativo, Springsteen no solo grabó las diez canciones que formarían 'Nebraska', sino también los bocetos de varias canciones que acabarían formando 'Born in the U.S.A.'. Ambas obras nacieron casi a la vez, como las dos caras de una misma moneda.
Dos años más tarde, con 'Born in the U.S.A.', Reagan y otros políticos intentarían apropiarse del mensaje aparentemente patriótico de la canción que daba título al disco, sin advertir que detrás de la bandera ondeaba una crítica amarga. Con el tiempo, 'Nebraska' fue reconocido como el eslabón más íntimo y literario de la carrera de Springsteen. Hoy figura en casi todas las listas de «los mejores álbumes de los ochenta» y «los grandes discos minimalistas del rock», e influyó en músicos de géneros muy distintos.
Más de cuatro décadas después, sigue resonando la voz grabada en una habitación vacía, hablándole al corazón oscuro de una nación. Con la reedición del álbum, el libro de Warren Zanes y la película que llega ahora, regresa como advertencia y espejo: la América que retrató entonces sigue ahí, esperando que alguien escuche su historia. 'Nebraska '82: Expanded Edition' es un box set con cuatro volúmenes: 'Nebraska Outtakes' rescata rarezas y grabaciones caseras; 'Electric Nebraska' reúne las sesiones con la E Street Band; un tercer volumen recoge el recital en el Count Basie Theatre; y un cuarto, una nueva remasterización del álbum original.
En la película, Jeremy Allen White es Springsteen. Tuvo que cantar 'Mansion on the Hill' y él mismo aprobó su interpretación. De momento se conoce que no será un biopic al uso y acompañará al espectador dentro de la habitación vacía donde nació 'Nebraska' en el otoño de su vida.
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