Fotos: Enrique Rey y Ainhoa Urgoitia

Paula Comitre estrenando 'Après vous, madame' en el Guggenheim

La bailarina sevillana usó su rojo vestido inflable en una obra que amalgamó lo flamenco y lo contemporáneo en el marco del 26º Festival Dantzaldia

Domingo, 16 de noviembre 2025, 12:54

Entradas agotadas (300 butacas) la tarde del sábado en el auditorio del Guggenheim para ver a la bailarina sevillana de 31 años Paula Comitre, con ... formación en Francia y estrenando en Euskadi, dentro del programa del 26º Dantzaldia, su obra 'Après vous, madame' (después de usted, señora), en la que ella baila sola según el programa reivindicando a Antonia Mercé, La Argentina (Buenos Aires, 1890 — Bayona, Francia, 1936), y únicamente respaldada por el piano contemporáneo del franco-británico de también 31 años Orlando Bass, quien según el mismo programa se inspiró en Falla, Albéniz y Granados, pero sólo a ratos, como bien protestaba al salir un caballero que había leído le información previa.

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Sí, la música fue atractiva pero modernista, al principio experimental, por el final minimal (las notas repetidas en bucle) y sólo en un par de fragmentos más española o tradicional. Y así durante los 60 minutos clavados (de 18.07 a 19.07, saludos finales incluidos) en los que evolucionó por la escena Paula Comitre, al principio inflando su traje rojo, diseñado por María Alcaide (Aracena, Huelva, 1992), que en ese prolegómeno con ella descalza funcionó cual bata de cola bulbosa y gigante mientras el piano oscilaba entre lo new age y lo dadaísta, y en el epílogo volviendo a inflarlo ya a oscuras para quizá perecer simbólicamente dentro de él.

Fotos: Enrique Rey y Ainhoa Urgoitia

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Estuvo bien la propuesta, resultó mucho más flamenca que la más modernista de la víspera en el Teatro Barakaldo a cargo de David Coria ('Los bailes robados'), y como es habitual la interpretación de cada espectador a lo visto puede ser libre. Ha de serlo. El grueso de la coreografía, el ecuador, con ella ya calzada y los zapatos 'microfonados' (lo hizo a la vista, mientras recuperaba resuello, pues el dúo nunca abandonó la escena), Paula respiró y sudó mientras danzaba al modo de Olga Pericet, o sea canónica pero con gestos modernistas o heterodoxos (aunque hoy lo heterodoxo es la norma), por ejemplo en movimientos robóticos, fue mágica hasta lo onírico en el lapso con ella silbando, y dejó la sensación general de haber ofrecido una performance reiterativa (una sola en escena…) o de ensayo feliz y avanzado.

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