Los Parranderos de México orgullosos de su nación
El mariachi de inmigrantes repasó corridos clásicos para cerrar el 15º ciclo 'Neguko Bidaia' en el lleno auditorio de Las Arenas
El 15º ciclo Neguko Bidaia (el viaje invernal), patrocinado por el Ayuntamiento de Getxo y albergado en la Escuela de Música Andrés Isasi de Las Arenas, terminó este sábado con el sexto y último concierto celebrado entre enero y febrero. El auditorio se llenó de un público bastante veterano y de mayoría femenina (también se veían bastantes damas hispanoamericanas), y las 300 almas disfrutaron y hasta corearon ('Bésame mucho' con ambiente de habanera, 'El rey' con lo de «rodar y rodar», y la serenata de 'Cielito lindo' las tres que más) durante las 26 canciones que entonaron en 95 minutos Los Parranderos de México, un mariachi de inmigrantes nacidos ahí (en San Luis Potosí, Monterrey, Puebla, Jalisco, Guadalajara, Oaxaca…) y vecinos de España. Al salir oímos a una señora decir «me ha encantado» y a otra dama comentar a una amiga «muy bonito, como conoces todas las canciones…».
Era la tercera vez que Los Parranderos de México participaban en el ciclo y actuaron sin amplificación (solo un micrófono para la voz principal) y todos elegantemente uniformados. Nueve hombres (tres violinistas, dos trompetistas y cuatro guitarristas, incluyendo el guitarrón y la vihuela) y una mujer (Marian entrando y saliendo a escena, la que mejor cantó) reivindicaron el orgullo patrio según la idiosincrasia ranchera: desde 'Como México no hay dos' de Vicente Fernández, con su frase «en el extranjero es cuando más quiero yo a mi nación», hasta dos de Jorge Negrete como 'México lindo y querido', «con mucho gusto para ustedes», y, claro, 'Ay, Jalisco no te rajes', con palmas de la concurrencia (había una jalisciense en el patio de butacas, pues lo preguntó un cantante).
Los músicos se iban sucediendo en el rol de vocalistas principales con facultades suficientes (el único tema flojo fue el son huasteco o huapango 'La malagueña', por mal entonado y mal tocado, pero fue uno de los momentos más bonitos gracias a los coritos de la concurrencia), y se impuso la onda purista y machote (el vals 'Ando volando bajo', de José Alfredo Jiménez, que empero el desamor cuela el verso de «yo no nací para pobre / me gusta todo lo bueno», que parece de reguetón, y la más moderna 'La canción del mariachi' entonada por Panchito este sábado en uno de los mejores momentos, con sentencias como «las mujeres no me faltan, ni el dinero ni el amor», y la gente coreando «ay-ay-ay, morena de mi corazón»; esta es una canción grabada por Antonio Banderas con Los Lobos para la película 'El mariachi'), y hubo hasta un corrido revolucionario porque «estamos en el año de Pancho Villa», en el centenario de su asesinato ('Siete leguas', su caballo favorito).
Además atestiguamos varias incursiones en la modernidad melódica ('Llamarada' de Luis Miguel, «muy bonita, romántica, para los enamorados», presentaron, y luego 'La bikina', que también canta Luis Miguel) y un momento «muy emotivo, para todas las madres presentes» (el solemne 'Canto a la madre').
Y sobre todos los cantantes masculinos se impuso ella, Marian, vestida de charra y con un poncho apoyado colgando de un hombro. Intervino esporádicamente y se estrenó a la quinta por todo lo alto con 'Canta, canta, canta' (palomita blanca) de José Alfredo y de lo mejor de la velada. También entonó muy destacada 'Paloma negra', y al final bajó a cantar un par en el patio de butacas: la alegre 'Me gustas mucho' de Juan Gabriel y popularizada por Rocío Dúrcal, y el bolero de José Alfredo 'Si nos dejan', donde ella flojeó y al acabarlo explicó: «no es por poner excusas pero estoy embarazada de siete meses y cuesta un poquito más, pero aquí estamos». Felicidades le dijeron varios presentes.
