Melómanos, festivaleros y 'sin techo'
Al margen de la música, en Kobetas es posible vivir otras experiencias: grabar un vídeo como si tuvieras una banda, ganar un viaje al Caribe, maquillarte en plan 'Euphoria'...
Dicen algunos que no hay melómanos en Kobetas, que solo hay festivaleros, que para escuchar música uno se va al Azkena y aquí se viene ... a hacer risas, a beber. Pero para echar por tierra esa creencia y demostrar que lo primero no está reñido con lo segundo ahí estaban en la primera jornada del BBK Live Asier Beltrán y Javi Ron, guitarrista y teclista del grupo Indietex respectivamente, metidos en un remedo de estudio de grabación con más calor que en una jam del Shelter, haciendo como que tocan una guitarra con tres cuerdas para grabar un pequeño vídeo, la propuesta del tenderete montado por Johnnie Walker frente al escenario del mismo nombre. «Estamos esperando para ver a Michael Kiwanuka, y luego a Pulp, claro. Pero mientras tanto está bien hacer el indio, pasarlo bien», explicaban ellos, confirmación empírica de que se puede ser melómano y festivalero.
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Es una de esas cosas que hacer nada más llegar o mientras se espera que empiece el bolo. Por cierto, que el colmo de este tipo de experiencias era montar en los desaparecidos autos de choque del Azkena, pero en Kobetas, hay unas cuantas. Todas patrocinadas, que aquí la publicidad es descubierta, y la primera es la de Repsol, casi a la entrada. «Este es un punto de recarga de energía solar para tu móvil, pero además te hacemos un maquillaje para que brilles con toda tu energía y luego te hacemos un 'reel' (vídeo corto) desfilando por esta pasarela, y si quieres lo compartes en redes», explica Marta Díaz, una de las responsables de stand. Y las que brillaban eran Ariane y Elba, 5 y 3 años, hijas de Maitane y Héctor, que ya van por su segunda vez en el festi: «Vinimos con ellas el año pasado e hicimos todo el recorrido de estos puestos. Están muy bien para ellas, también disfrutan con la música, pero participar en estas cosas las divierte», explicaba la madre mientras ellas ya nadaban en la piscina de bolas.
También regalan helados, y eso es lo que iban comiendo las jóvenes amigas de Vitoria Ainhoa y Aitxiber: «Cuando llegas con tiempo pasas un buen rato en esta zona. Y mira, para comerme un helado han conseguido que me descargue su aplicación», reflexionaba una de ellas. Al lado, Vueling te mete en una cabina llena de globos, coges uno y, como decía Raffaella, «explota, explótame, expló», y según lo que haya dentro puedes ganar dos vuelos gratis y varios descuentos, además de abanicos, gorros..., explica Francisca Bach.
Punto contra las agresiones
Justo al lado está el punto Balore, un sitio a tener en cuenta si uno sufre una agresión. Lo explica Gorka Barua, de Anitza: «Este es un espacio seguro, te escuchamos, se sigue el protocolo, preguntamos lo que la persona quiere hacer... Es un espacio donde acogemos a las personas que lo necesitan. Hemos estado en el concierto de la ría y estaremos en Aste Nagusia. Por aquí ha pasado gente de Amsterdam diciendo que tienen estos puntos de apoyo todos los fines de semana desde hace 10 años. Es lo que necesitamos aquí».
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La diversión sigue con el puesto del Gobierno vasco 'Ahots Batuak', donde Gabriela Reges explica que abogan por la «diversidad cultural y lingüística que nos enriquece». Hay un gran mapamundi en la pared donde varias personas a primera hora ya habían unido con un hilo rojo de dónde vienen y a dónde querrían ir, y teniendo en cuenta que llega gente de 60 países distintos, la tela de araña final será impactante. «Este es un lugar de paz y descanso de los conciertos, de conexión con visitantes de otros lugares».
Tratan algo similar en el stand de Azul Marino, donde José Ángel Sánchez informa de que si te descargas un código QR entras en el sorteo de un viaje al Caribe, para los tres días, eso sí. Teniendo en cuenta que se esperan 100.000 asistentes, aunque algunos sean repetidos y muchos ni se enterarán, la cosa está complicada. Como difícil es ganar, siempre se puede participar en un divertido juego memorístico de países y te ganas un pequeño obsequio para poner en el móvil.
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Camisetas y cañeros
El paseo por el recinto depara sorpresas, como otro puesto del Gobierno vasco donde informan a los jóvenes y no tan jóvenes de las ayudas para acceder al mercado de la vivienda, ya sea en compra o alquiler, y nada más abrirse las puertas del recinto ya había varios interesados. Porque entre todos los melómanos y festivaleros, por desgracia hay también muchos en busca de techo.
Lo que nunca puede faltar en un festival son los puestos de camisetas. Antaño había muchos más, pero ahora está solo el oficial de On Stage, donde atiende junto a otros la bilbaína nacida en Chile Fernanda Pinuer, quien agradece que les hayan montado el tinglado a la sombra de un árbol, junto a Basoa. Obviamente, están vendiendo muchas de Pulp, a 40 euros. Chulas, pero vaya precio, ¿no? «Las del festi cuestan 28 y hay bolsos a 25. Llevamos todo el día aquí y estaremos hasta las dos. A esa hora la gente ya no piensa en comprar, jaja». La última 'barraca' es la de San Miguel, donde ganar camisetas y similares rebuscando en una piscina de bolas o metiendo saquitos en agujeros. No faltan, evidentemente, los puestos con cañeros, pero esos ya no sorprenden.
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