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Ara Malikian, sin límites en el BEC
Versátil, volcánico, gracioso y sensible, el heterodoxo violinista colmó las expectativas en el cierre bilbaíno de 'La increíble gira del violín'
JOSU OLARTE
Domingo, 30 de diciembre 2018, 07:46
El prodigioso y heterodoxo violinista libanés de origen armenio Ara Malikian colmó este sábado la expectativas de la plural audiencia de más de 6. ... 000 personas (incluida gente menuda del Club Pizzicato) que agotó el papel en el cierre local del recorrido global de 'La Increíble gira del violín' con la que, durante casi dos años, ha congregado a mas de 300.000 almas en 200 conciertos encadenados en capitales de Asia, Europa y América.
Por su sentido del espectáculo, su poder de convocatoria y su apuesta escénico y musical, resulta ya recurrente asociar con el mundo del rock a un Ara Malikian (Beirut 1968) que, sobre todo en vivo, epitomiza la libertad y la rebeldía creativa frente al academicismo del mundo clásico que, no obstante, forma parte de su universo expresivo
El políglota (siete idiomas habla) virtuoso afincado desde hace casi dos décadas en España cuenta con el apoyo de un octeto mixto (con mujeres al chelo y el bajo-contrabajo) capaz de mutar en banda de épica rockista o agrupación de música popular de Oriente Próximo. Porque entre esos y otros parámetros fluyó con dinamismo sensible, volcánico o romántico el recital que Malikian ofreció en un Bizkaia Arena reducido para asemejar un corrala teatral de S. XVII. Visos de comedia hubo en las guionizadas y divertidas intros con las que el simpático y bailarín Ara condujo, durante casi dos horas y media, el recorrido versátil por las músicas que, del barroco al rock, han forjado su personalidad libre y heterodoxa.
Con 20 minutos de retraso y el personal aún ubicándose por el pequeño caos que fue la entrada, arrancó Malikian ligando un breve relectura del 'Voodo Child' de la Jimi hendrix Experience como un Nigel Kennedy rockero, con el fúnebre Réquiem de Mozart y un danza armenia original (Kach Nazar) a caballo entre Taraf de Haidouks y una orquesta balcánica de bodas y funerales.
Una triada de polos opuestos que, con saludo al «guapísimo y majísimo público» local mediante, sirvió para encauzar el increíble viaje de un violín que, haciéndose pasar por músico le ayudó a su abuelo para escapar del genocidio armenio y que el propio Ara aprendería a tocar, gracias a su padre, durante la civil libanesa que, a su vez, le obligaría a migrar a Alemania y, finalmente, a España.
De su etapa germana contó Malikian historietas divertidas y mostró en percusivas piezas propias como una filozíngara 'Con mucha nata' o 'Broken Egg' el tipo de variaciones de músicas populares que encadenaba en sus largas sesiones nocturnas como violinista de cabaret «cutre· (yo hacía en plan cultureta a Buckner o Halffter a y la gente me pedía Los pajaritos.., conto para risa del personal)
Un 'Paranoid Android' (Radiohead) en vena de madrigal melódico y lírico, precedió a la jovial 'La Campanella', de su admirado Paganini y a una relectura romántica y neoclásica del 'Life on Mars' de Bowie.
Vértigo arábigo tuvo el 'Bourj Hammoud', inspirado por un barrio de Beirut en el Malikian creció compartiendo habitación con su hermana , presente en el BEC. Frente al clasicismo inculcado por su padre, ella le dio a conocer a Led Zeppelin, de los que revisó con épica y electricidad sinfónico rockera 'Kashmir'. «Lo que yo quería es ser Travolta», bromeó Ara, imitando sus andares discotequeros con su chaqueta plateada sin mangas, para sacar a colación la banda sonora de Pulp Fiction, de la rescató el clásico 'Misirlou', pero no en la clave de surf de Dick Dale, sino con el espíritu de la mujer egipcia que inspiró la pieza popular en los años 20.
Ovación del público
El recorrido violinístico sin corsés por lugares, culturas y épocas prosiguió en vena más sensible y delicada con el precioso (y con guiño melódico a 'My Fair Lady' incluído) 'Vals de Kairo' inspirado por su pequeño de 4 años, que su padre sacó al escenario. El humor casi de monologuista de las presentaciones dejó espacio para la reflexión con 119151, tema extendido con percusión y pizzicatos de tono trágico, compuesto en el centenario de un genocidio armenio (mas millón y medio de muertos en ocho años) que, recordando la historia de su abuelo , Malikian ligó con la realidad trágica de los más de 60 millones de refugiados actuales «Ojalá todos tuvieran un violín para salvar la vida...».
A continuación, Malikian evocó sus años formativos para poner el broche neoclásico y barroco con una vertiginosa interpretación del dificilísimo 'Verano' del Vivaldi de 'Las Cuatro Estaciones'. Y, tras la humorada final («La gente tiene vida .. la mujer del portero del BEC le ha mandado un whatssap para que pase por la farmacia y vaya a casa»), una suite de Bach que interpretó recorriendo con su violín la platea. Epílogo camerístico a su manera de un recital con algunos visos de comedia pero con unos grandes vuelos musicales y escénicos que el público agradeció en pie con gran ovación unánime. Un viaje por su acerbo musical al que, sin solución de continuidad, Malkian empieza a dar continuidad la semana próxima con la nueva gira mundial de su inminente álbum coral 'Royal Garage', del que ya se han adelantado duetos con el también armenio Serj Tankian (System of a Down), Bunbury (El Extranjero) y con Andres Calamaro versioneando el tango 'Nostalgia's de Cadícamo y Cobián
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