Montserrat en un recital ofrecido en Basilea en 2006, con motivo de la celebración de medio siglo en activo. EFE

Un juzgado de Barcelona ordena el desahucio de la fundación de Montserrat Caballé, donde también vive su hermano

La empresa arrendataria ha interpuesto una demanda por el impago de 41.200 euros y el desalojo está previsto para octubre

Martes, 22 de julio 2025, 13:04

Montserrat Caballé (1933-2018) llegó a ser la número uno y su hermano mayor lideraba una agencia de cantantes con mucho poder y capacidad de ... influencia. Ahora su apellido copa titulares por un desahucio que golpea tanto a su hermano, Carlos, como a la fundación que lleva el nombre de la soprano. Un juzgado de Barcelona ha fijado para el 3 de octubre la ejecución de un desahucio motivado por una deuda de alquiler que supera los 41.200 euros. La exclusiva avanzada por 'El Español' arroja detalles llamativos a la luz de la trayectoria y reputación de la artista.

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Pese a los muchos años de gloria de Caballé, con un caché a la altura, su familiar más estrecho, el hombre que ejerció de mánager y confidente durante más de seis décadas, se encuentra en «una situación de penuria económica y riesgo de exclusión residencial», según el informe de servicios sociales que ha aportado el abogado de oficio David Martínez, designado a petición de la propia hija de Carlos Caballé. El hermano de la soprano tiene 89 años y vive en el mismo edificio de la fundación, en el Eixample barcelonés. Es un piso por el que paga una renta mensual de 1.200 euros, cantidad superior a su pensión, que no alcanza los 1.000 euros al mes.

La fundación ocupa la planta baja, con una renta aproximada de 1.700 euros mensuales. Los contratos de arrendamiento se firmaron con la sociedad Puntí, considerada «gran tenedora» al poseer más de diez inmuebles urbanos. Ambos inquilinos dejaron de abonar las rentas a partir de agosto de 2023. En el caso de Carlos Caballé, el abogado ha invocado la protección a colectivos vulnerables reconocida en la normativa catalana de vivienda, así como el Real Decreto-ley 11/2020 que permite suspender lanzamientos cuando concurre gran tenedora y vulnerabilidad acreditada.

La sobrina como presidenta

Por lo que respecta a la fundación, dedicada entre otras cosas al mecenazgo de artistas, queda claro que no cuenta con recursos económicos para mantenerse a flote. Constituida en Barcelona poco después del fallecimiento de la soprano, es una entidad con personalidad jurídica propia que se ha financiado mediante patrocinios privados, ingresos de galas benéficas y cesión de derechos de imagen. La presidencia y dirección general han recaído desde el principio precisamente en su sobrina, Montserrat Caballé Claus, que ha impulsado proyectos como la creación de un museo dedicado a su tía y ha intentado mantener en activo un Concurso Internacional de Canto.

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El desahucio, programado para octubre, pone en entredicho la preservación de un legado artístico universal y la gestión económica de unos herederos sin la solvencia de antaño. Según la demanda de Puntí, Carlos Caballé adeudaría un total de 22.500 euros por impagos casi continuados, mientras que la fundación tendría una deuda adicional de 18.700 euros. Un total de 41.200 que le podría salir caro a la familia. Es paradójico, pero la pesadilla se repite: la soprano, el hermano y sus padres perdieron su casa por no pagar el alquiler en plena posguerra y se vieron obligados a dormir en la plaza Catalunya. De momento, eso sí, el juzgado no ha emitido un pronunciamiento definitivo por lo que el desalojo podría aplazarse o incluso anularse.

Ninguna de las partes demandadas han atendido a los requerimientos de pago ni han comparecido ante el instructor del juicio para oponerse. En esa situación, la letrada de la Administración de Justicia ha tomado cartas en el asunto, sin que haya pasado por el titular del juzgado. El apellido Caballé seguirá en el candelero, fuera de los escenarios, con los aplausos y las mieles del éxito en sordina.

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Relación tormentosa

La relación de Montserrat Caballé con la Justicia fue tormentosa al final de su vida. Se le imputó por defraudar 508.462 euros a Hacienda, al simular residencia en Andorra mientras vivía en Barcelona y canalizar ingresos por conciertos a través de una empresa con sede en el Principado. Entre 2010 y 2015 protagonizó uno de los casos más mediáticos de evasión fiscal dentro del mundo de la cultura española.

El proceso culminó con una sentencia del Juzgado de lo Penal nº 13 de Barcelona que la condenaba a seis meses de cárcel (con suspensión de la ejecución), una multa de 254.231 euros, indemnización a la Agencia Tributaria de 72.202 euros, inhabilitación para el sufragio pasivo y prohibición de recibir subvenciones durante año y medio. Por haber devuelto la totalidad del dinero antes del juicio, tratarse de una condena inferior a dos años y carecer de antecedentes, pudo beneficiarse de la suspensión de la pena privativa de libertad.

La polémica coincidió con el deterioro de la salud de la cantante. El 13 de enero de 2015, todavía resentida por un ictus, ofreció su último recital en el Teatro Arriaga, muy limitada físicamente, agarrada a una muleta y al brazo de su hija. Las insuficiencias coronarias, las operaciones de matriz, rótula, hígado... no le permitieron estar a la altura de su prestigio. La última vez que se le vio en público fue en marzo de 2017, al recibir un galardón del Real Círculo Artístico de Barcelona.

Lejos quedaban los tiempos cuando los periódicos titulaban «Callas+Tebaldi=Caballé» y se le aplicaba el apelativo 'La Soberbia' porque era la más grande. Los discos así lo atestiguan. Eso nadie se lo puede negar.

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